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OPINIÓN - JUEVES, 19 DE ENERO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

La presidencia del Partido Popular de Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Leyendo un artículo en este periódico, que trata de las elecciones a la presidencia del Partido Popular de Ceuta, y que está firmado por “El observatorio”, me he acordado inmediatamente de nuestro siglo XIX y de cómo se puso en él la primera piedra de una expresión política. “Las dos Españas”.

La primera. La absolutista. Católica, patriota, partidaria del poder omnímodo del monarca. Segunda. La constitucional. Católica, patriota, partidaria de una limitación del poder real. La conclusión es evidente: en 1823 se acusaba de “antiespañoles” a quienes eran católicos, nacionalistas y partidarios de una monarquía en que la autoridad del monarca tuviera ciertos límites legales que limitaran su poder. Y españoles de verdad, de pura cepa, a quienes defendían lo contrario. Es decir, los que se aferraban al inmovilismo y justificaban el poder absoluto del monarca.

Pues bien, cambiando lo que haya que cambiar, ni siquiera el correr del tiempo ha impedido que esas dos Españas se manifiesten en cualquier situación donde haya de por medio intereses políticos, económicos y sociales. Es lo que ha empezado a ocurrir ya entre los populares ceutíes. Quienes, aprovechando la ocasión, han puesto a funcionar la maquinaria de las invectivas.

Quien escribe y firma mediante el sobrenombre de “El observatorio” está en su perfecto derecho de cantar las excelencias de Juan Vivas, como alcalde, y también destacar sus muchas cualidades como candidato a la presidencia del partido. Faltaría más. Pero tampoco es menos cierto que no es de justicia llamar a los defensores del otro candidato, o de cualquier candidato, rencorosos, torpes, idiotas y demás lindezas por estilo que significan lo contrario a no ser inteligentes.

Ahora bien, en el artículo escrito por el observador, en realidad la sangre de los insultos no llega al río, como se suele decir en estos casos, pero qué decir con la misiva dirigida al director, titulada Asamblea de Compromisarios y firmada por afiliado al PP de Ceuta.

En la dichosa carta, por mantener el buen tono opinante, los que no se alinean con Vivas son tachados de intrigantes y ambiciosos; se les acusa de actuar de manera confusa y mezquina, y se les achaca estar desfasados en todos los sentidos… Y por si fuera poco, se les acaba atribuyendo la condición de mentecatos. Es decir, de tontos con balcón asomado a patio interior y hasta, si me apuran, con balcón a la calle.

Mientras las loas a Vivas son tantas como para entender que es la primera piedra que se ha puesto en la ciudad como ejemplo de lo que vendrá en su día. Nada inmerecido. Por supuesto. Ya que no seré yo, pobre de mí, quien salga rechistando lo más mínimo en contra de esa bonhomía que sus seguidores y electores le reconocen al alcalde ni tampoco me oponga a discutirle nada a cuantos lo consideran dirigente político con talante y talento de hombre de Estado.

Lo que si me voy a permitir decir, en vista de lo que he leído, es que no creo que a Vivas le haya gustado el contenido de ambos escritos. Y es que Vivas reúne condiciones, poder y medios para ganar esa batalla. Aunque deba bajarse del autocar.
 

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