El doctor Antonio González Muriana, único médico que se
encontraba como pasajero en el buque ‘Milenium Dos’ de la
compañía Acciona en el instante de la colisión con el
mercante ‘New Glory’, relata para EL PUEBLO la experiencia
vivida y cómo afrontó la situación hasta que el fast-ferry
fue desenganchado del mercante y continuó su rumbo hasta
Ceuta.
Como es bien conocido por la ciudad de Ceuta, el doctor
Antonio González Muriana es licenciado en Medicina y Cirugía
y ejerce como médico coordinador del Servicio de Emergencias
061 desde su fundación. Durante la entrevista mantenida ayer
en EL PUEBLO, González Muriana relataba que mientras se
encontraba como pasajero realizando la travesía entre
Algeciras-Ceuta a las 19.00 horas del pasado viernes, en el
barco ‘Milenium Dos’ de la compañía
Acciona-Transmediterránea, después de disfrutar de sus
vacaciones para incorporarse a su trabajo en Ceuta en el
Servicio Coordinador de Emergencias 061, tuvo lugar el
lamentable siniestro, alrededor de las 20.00 horas.
Pregunta.- Doctor González, ¿cómo vivió usted el impacto
entre ambos buques?
Respuesta.- Primeramente tengo que decirle que tanto el
tiempo, la mar y la visibilidad acompañaban. Una vez dicho
esto, yo me encontraba sentado en los asientos del centro
del barco cuando escuché como una especie de impacto muy
fuerte, totalmente inesperado que nos levantó de los
asientos.
P.- ¿En qué pensó en esos momentos?
R.- Lo primero que me vino a la mente es que había sido un
atentado por la importancia del siniestro.
P.- ¿Cuál fue su primera reacción?
R.- En ese delicado momento, la mente se te queda en blanco.
Viendo la situación de histeria generalizada de todo el
personal, unas 200 personas, lo primero que hicimos fue
ponernos los chalecos salvavidas.
P.- ¿Cómo supieron de su existencia en el barco?
R.- A través de la megafonía del buque preguntaron si había
algún médico a bordo y requirieron mi presencia. A
continuación me presenté ante el capitán del barco.
P.- ¿Qué es lo primero que hizo?
R.- Como ya le he dicho, me presenté ante el capitán del
barco, quien me informó de la medicación existente, por
cierto muy completa, aparte de un pequeño botiquín que suelo
llevar conmigo. A continuación realicé un ‘triaje médico’,
es decir una selección y clasificación de los pacientes
basándome en los recursos disponibles. A continuación, al
ver la situación de histeria, traté a los más afectados con
medicación ansiolítica, (aproximadamente unas diez personas
adultas). Seguidamente me requirieron para atender a un
señor de unos 60 años, obeso, con una posible fractura de
una de sus piernas. Durante la valoración, pude comprobar
que el señor tenía bien inmovilizado el miembro afecto y
también le aprecio un leve traumatismo craneoencefálico,
refiriéndome posteriormente que ya se había tramitado su
evacuación en helicótero.
P.- ¿Es cierto que le llamó el delegado del Gobierno?
R.- Correcto. Se presentó telefónicamente y me preguntó por
la situación. La referí que estaba relativamente estable,
excepto el señor del traumatismo craneoencefálico con la
posible fractura de una de sus piernas. También le informé
de que el resto de la tripulación estaba siendo tratada con
ansiolíticos (en los casos ansiosos-depresivos mayores), así
como todos los contusionados, latigazos cervicales, etc.
Durante este periodo también atendí a Milagros García,
miembro de la Asamblea de Ceuta, de un traumatismo en el
antebrazo, que por cierto hicimos un muy buena amistad.
También se atendió a una mujer diabética de tipo 1 (insulino-dependiente)
algo descompensada y ansiosa, siendo al final trasladada
hasta el Hospital, así como un señor joven con traumatismo
cervical. Durante mi conversación telefónica con el delegado
del Gobierno le comuniqué que mientras durara aquella
situación estaríamos en contacto a través del teléfono, algo
que agradeció, al igual que hice con mi servicio de
emergencias 061, donde trabajo. El delegado me informó de
que intentaría mandarles mantas, alimentos y todo tipo de
productos básicos además de intentar mandar asistencia
sanitaria, algo que le agredecí.
P.- Durante esas nueve horas de espera ¿Qué es lo mejor y
lo peor que vivió?
R.- Yo siempre soy optimista y realista. El ser cristiano,
siempre me ayuda, veo lo positivo. En este caso el personal
del barco, excelente, así como las 200 personas existentes.
También hay que resaltar la muy buena colaboración con el
delegado del Gobierno, y él, con Salvamento Marítimo, así
como con los Cuerpos y Fuerzas del Estado presentes. Y cómo
no, la siempre disponibilidad de todo mi equipo de
Emergencias, tanto médicos, DUE, técnicos, teleoperadoras,
de quienes estoy orgulloso de pertenecer a este equipo,
siempre a disposición, en esta ocasión, como en el resto de
servicios prestados a Ceuta, cosa que veo que no está
realmente valorada como se merece.
P.- ¿Y lo negativo?
R.- Yo siempre veo lo positivo, si hay alguna pega sería la
falta de cursos de Primeros Auxilios al personal de la
compañía y por último el tema de la asistencia sanitaria, en
este caso ausente en el barco, cosa que hay que corregir.
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