La Guardia Civil de Ceuta se incautó ayer de 1.160 kilos de
hachís que viajaban escondidos en una caravana, propiedad de
un matrimonio cordobés. La pareja, que viajaba junto a su
hijo y otro hombre, se disponía a regresar a la península
después de haber venido a visitar la ciudad. La droga se
encontraba en un doble fondo en el suelo del vehículo.
En torno a las 17.30 horas de ayer, los perros de la Guardia
Civil dieron la voz de alarma en el control de la zona de
preembarque del puerto al paso de una caravana. El vehículo
pertenecía a un matrimonio cordobés, que viajaba con su hijo
y otro hombre, y que se disponía a regresar a la península.
En apariencia todo era normal, pero en el interior del
vehículo se escondía más de una tonelada de hachís.
Al inspeccionar la caravana, los miembros de la Compañía
Fiscal y el Grupo Cinológico de la Guardia Civil que opera
en el puerto descubrieron un doble fondo repleto de paquetes
forrados con cinta aislante plateada. En total, la caravana
escondía 1.160 kilos de hachís, destinado a la venta en la
península. Los cuatro ocupantes del vehículo fueron
detenidos y permanecerán en las dependencias del puerto
hasta el lunes, momento en el que pasarán a disposición
judicial.
Después de dos horas de intervención, la caravana se
encontraba completamente desmantelada, los agentes tuvieron
que revisar cada rincón para poder acceder al doble fondo y
sacar los paquetes de droga que se iban acumulando dentro.
Tras hacer el pesaje, se tomará una muestra de cada paquete
para determinar la pureza del hachís y por tanto su valor en
el mercado, que no bajaría del millón de euros.
Con esta intervención, la Guardia Civil ya ha realizado
cuatro incautaciones de grandes cantidades de droga en lo
que va de año. La última fue esta misma semana, el pasado
martes cuando se hallaron 57 fardos de hachís en una
embarcación a la deriva al norte de Punta Almina. Las otras
dos actuaciones se realizaron los días 1 y 4 de enero. En la
primera de ellas los agentes aprehendieron 330 kilos de
droga, mientras que en la segunda se incautaron de 281
kilos, que iban escondidos en un vehículo y cuyo valor en el
mercado alcanzaba los 253.000 euros.
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