Prácticamente la totalidad de los pasajeros que vivieron el
terrible accidente naviero del pasado viernes han coincidido
en afirmar que existió una importante falta de información
que provocó que se vivieran momentos de pánico entre el
pasaje durante los primeros quince minutos tras el impacto,
hasta recibir la primera notificación, donde el ruido
provocado por el golpe fue “ensordecedor y profundo, y el
crujir y chirriar de los hierros alteraba más si cabía a los
pasajeros”.
Tras esa primera información, el pasaje no volvió a tener
noticias nuevas hasta casi dos horas después, mientras las
caras de preocupación aumentaban entre los pasajeros que
vivían una tensa calma.
A esta última notificación, según José (un pasajero)
siguieron dos más para indicar que los trabajos de
desenganche de los barcos fueron infructuosos, y una última
notificación para indicar que tras liberar los buques se
ponía rumbo a puerto, algo que provocó los aplausos y
abrazos entre los pasajeros.
José también lamentó la falta de un servicio de urgencias en
el barco que atendiera esas primeras heridas y contusiones,
resaltando que el helicóptero que evacuó al herido de mayor
gravedad debería haber dejado en el barco un equipo de
sanitarios que prestara ese servicio, que fue llevado a cabo
de la mejor manera posible por un integrante del 061 que se
encontraba entre el pasaje.
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