Una hora es lo que tardaron ayer los miembros del Cuerpo de
Bomberos en extinguir el fuego que ayer se produjo en el
número 15 de la calle Este, en el barrio del Príncipe. El
incendio, según informaron algunos vecinos, se originó
cuando explotó un bote de alcohol etílico cuando dos menores
jugaban con ella y un mechero dentro de la vivienda.
A las 17.30 horas de ayer, todas las alarmas sonaron en la
sala del Servicio de Emergencias 112 tras recibir una
llamada en la que avisaban de que estaba ardiendo una
vivienda en la barriada Príncipe Alfonso. Inmediatamente se
trasladó el aviso al Servicio de Extinción de Incendios y
Salvamento que mandó hacia la calle Este dos dotaciones para
extinguir el incendio que se había originado en el portal 15
de esta avenida.
Al parecer, el fuego se originó cuando dos menores jugaban
con una botella de alcohol sanitario y un mechero, según
explicaron vecinos de la zona. Momentos antes de los hechos,
la madre de los dos niños había utilizado el alcohol para
curar las heridas del hermano pequeño. Después, los otros
dos cogieron la botella, que terminó explotando.
Hasta el lugar, se desplazaron dos dotaciones del SEIS
integradas por un sargento, dos cabos, dos conductores y
siete bomberos. Las labores para sofocar el fuego se
alargaron durante una hora, en la que los bomberos
utilizaron más de mil litros de agua hasta que lograron
controlar las llamas y acabar con el incendio.
Los bomberos estuvieron escoltados por agentes de la Policía
Nacional, después de que en el barrio se escucharan gritos e
insultos en contra de los miembros del Cuerpo de Bomberos,
según explicaron los propios funcionarios. A las 18.30
horas, los bomberos replegaron todo el dispositivo y
abandonaron el número 15 de la calle Este. La casa, de
pequeñas dimensiones, quedó devastada por las llamas que se
extendieron por todas las estancias, siendo el baño lo menos
afectado.
Ya entrada la noche, sobre las 22.00 horas, el SEIS recibió
otro aviso. En esta ocasión se trataba de un posible coche
ardiendo en las inmediaciones del Instituto Camoens. Una
salida que quedó en una falsa alarma, ya que en el lugar
sólo se encontraba un coche con el motor recalentado.
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