Atrás quedaron, hace veinte años,
todos aquellos clientes peninsulares que lo mismo compraban
un paraguas de los baratos, que tres quesos holandeses, o un
par de transistores para su suegra y para la vecina del 5º.
Ahora la clientela ha cambiado, porque el comercio de Ceuta
es otro, muy diferente y los que vienen a comprar,
especialmente los fines de semana, son las gentes de
Marruecos que, a parte las dificultades fronterizas, en un
“santi-amén” llegan a Ceuta, compran lo que necesitan y se
marchan sin estar pendientes de horarios de barcos y de los
precios que imponen las navieras.
Es cierto que, ocasionalmente, en las últimas semanas, se
está dando la visita de otras personas, como son los rusos
de esos barcos que, desde hace un par de meses, están
llegando para repostar aquí en Ceuta.
Los rusos en cuestión, muchos, y parece que con dinero, se
recorren la ciudad, se clavan ante los escaparates y ...
compran, parece que incluso, bien. Pero eso son las
excepciones que estamos teniendo ahora y que ya veremos lo
que duran.
Lo regular, ahora y aquí, es el cliente marroquí que vuelve
a ser el elemento básico para el comercio, de todo tipo, en
Ceuta.
En estos momentos, cuando en el fin de semana,
especialmente, hay muchos ceutíes que cruzan la frontera
hasta Marruecos, en busca de otro tipo de productos, muchos
de los comerciantes de Ceuta van salvando sus ventas,
especialmente, por la llegada de gentes que han venido a
comprar desde el otro lado de la frontera, muy
particularmente, durante el período de rebajas.
Y el pasado sábado lo comprobamos, como no lo habíamos visto
nunca, anteriormente, con largas colas de clientes de
Marruecos en las tiendas, como protagonistas del comienzo de
las rebajas de enero.
Creo que algo de esto ya comentamos ayer, al hablar de las
rebajas, por cuanto habíamos visto que algunos
establecimientos, del centro de la ciudad estaban totalmente
saturados por los compradores, muchos de los cuales habían
tenido que quedarse fuera de ciertos establecimientos, hasta
que estos se iban despejando un poco para que pudieran dar
paso a otros que estaban fuera y que también querían
comprar.
Y Marruecos, en muchos de estos casos, no sólo trae clientes
para comprar en las rebajas. Es más, algunos compradores
vienen desde el país vecino y aprovechan lo que es el fin de
semana para pernoctar en Ceuta, una o dos noches.
Esto ocasiona, no puede ser de otra forma, unas cajas más
repletas en los establecimientos de Ceuta, pero también
acarrea el colapso en la frontera..
Cientos, yo diría que miles de ciudadanos del país vecino,
atravesaron el sábado la frontera, llamados por esas
rebajas, realmente agresivas, y esta gran afluencia provocó
unas retenciones muy grandes, especialmente, por la mañana
en la frontera del Tarajal.
¿Cómo se valora todo esto, desde Ceuta?. Ni que decir tiene
que cuando se trata de cerrar la caja se valora
positivamente, sean de donde sean los clientes.
Y, desde ahora, no nos podemos llamar a engaño, el único
comercio de Ceuta tendrá que ser con Marruecos, porque aquel
otro ya pasó hace muchos años.
|