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OPINIÓN - MARTES, 10 DE ENERO DE 2012

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Desde la imparcialidad que siempre me ha acompañado a la hora de juzgar cualquier tema, dejando las ideologías a un lado, pues siempre he mantenido que las ideas murieron con Platón, me parece algo incomprensible que sólo al hablar de despilfarro nos acordemos de Camps, por ser el que ha mandado en la Comunidad Valenciana y pertenezca al Partido Popular.

Nos olvidamos al juzgar a Camps como el único que ha despilfarrado el dinero de todos los españoles, del despilfarro existente en las Comunidades de Castilla La Mancha, Extremadura y Cataluña donde, precisamente, no estaban gobernadas por los populares.

No cabe acusar de despilfarro a determinadas personas, como es el caso de Camps, obviando a otros que han despilfarrado igualmente el dinero de todos, porque no pertenecen a los populares. Las cosa claras y a cada uno lo suyo. Y el que la hace la debe pagar, se llame como se llame y pertenezca al partido que pertenezca.

Se imaginan ustedes lo qué hubiese sucedido y dónde hubiesen ido a dar con sus huesos, los dirigentes de una empresa privada si hubiesen despilfarrado el dinero de la empresa.

Está claro donde hubiesen ido a dar con sus huesos. La pregunta es, cuál es la diferencia entre los que han despilfarrado el dinero de una empresa o el dinero de todos los españoles. La repuesta es bien sencilla, merecen más penas los que han despilfarrado el dinero de todos nosotros.

Por eso no voy a sentir ni lo más mínimo si Camps y el resto de los que han despilfarrado el dinero de todos los españoles, pero todos los que han realizado semejante despilfarro, llevándonos a la situación de crisis que estamos padeciendo, se pasan una temporada a la “sombra”.

De esa forma limpiamos de estos personajes a la sociedad española y el pueblo español empezará a creer más en la deteriorada clase política, que es una de las cosas que más preocupan al pueblo español.

Los políticos, a la hora de ser juzgado por su honradez, deben aplicarse aquello que se decía de la mujer del César, que no basta con serlo sino que tiene que parecerlo.

Los gobernantes de un país, son como los cabezas de una gigantesca familia por la que tienen que mirar y procurar que tenga, toda esa numerosísima familia la mejor vida posible. No sólo que viva bien una parte de ella, dependiendo de quienes sean los ojitos derechos o izquierdos de los cabezas de familia. Pues esa diferencia, entre unos y otros, les llevaría a ser unos malos padres, que dejarían mucho que desear a los ojos de sus vecinos.

No se puede gobernar una Comunidad, Ciudad Autónoma o un país, despilfarrando el dinero de todos los miembros de la familia que con su aportación económica, permiten que la Comunidad, la Ciudad o el país consigan una prosperidad que hace feliz a todos y da una mejor calidad de vida a todos sus componentes.

España, en la actualidad, con un déficit que supera el 8% no está para tirar cohetes. Eso es una realidad incuestionable. Por qué no juzgamos a todos los que han hecho posible que éste país esté en la ruina. Seria lo más justo, necesario y razonable. ¿O no?
 

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