Ni el dogmatismo y la demagogia
dan de comer ni son instrumentos a utilizar a la hora de
flexibilizar los créditos y amortizar las inversiones. Y tal
vez por ello se agradece el punto de frío pragmatismo y el
declarado racionalismo del Presidente Vivas a la hora de
analizar, desde la realidad de Ceuta, las medidas y las
jugadas del Gobierno de Mariano Rajoy sobre el tablero de
los muchos problemas que ha heredado su Ejecutivo.
Las falacias y los embrollos de los socialistas en lo
relativo a la auténtica situación que han propiciado, por su
ignorancia y negligencia, ha motivado el tener que adoptar
unas decisiones que no estaban previstas, pero “ante la
situación de emergencia respuestas con urgencia”. Y Juan
Vivas sabe analizar, desde una perspectiva de hombre de
Estado, cada uno de los pasos que está dando el Gobierno
para superar los resultados de las dos anteriores
legislaturas del PSOE, que han sido un puro disparate en la
gestión y una auténtica anarquía administrativa y
financiera.
Ante el caos se requieren orden, racionalismo y una
perspectiva lógica, todo ello llevado a cabo por
profesionales que sean conocedores de todos los mecanismos
que han de ponerse en marcha para recuperar la confianza de
los mercados y dejar de formar parte de los vagones de cola
de la Unión Europea. La opinión del Presidente ceutí es
digna de ser tomada en cuenta, porque la expone en dos
facetas: la de economista y la de estadista, más una tercera
que es la de hombre de bien capaz de ser leal a sus votantes
y a su ciudad, porque nos constan que su nombre ha aparecido
en muchas quinielas y se ha barajado hasta la saciedad para
destinos muy concretos, pero el proyecto político y personal
de Vivas se circunscribe a Ceuta y a encarar desde “su”
ciudad unos tiempos difíciles que van a servir para hacer
nuestro futuro más fácil y quien no lo palpe de esta manera
es porque carece de visión y de perspectiva y tan sólo le
puede ayudar un óptico para que le gradúe la vista y le dé
un volante para hacerse unas gafas.
¿Qué quieren que les diga? Pongan los codos en la mesa y
déjense las pestañas en grandes obras de macroeconomía
redactadas por catedráticos o hagan como servidora que por
ser esenia es humilde y está memorizando con notables
esfuerzos la “Economía para Dummies” porque cada hijo de
Dios tiene su techo intelectual. Así, esforzándonos por
entender la complejidad de cada jugada que paren Montoro y
de Guindos con el concurso de los pitagorines de FAES,
podremos también comprender las ideas que expone nuestro
Ecopresidente Vivas. Cualidades que empeña en explicar la
idoneidad de realizar una serie de ajustes en las empresas
del sector público que no pueden seguir funcionando en la
era virtual cómo en los gloriosos noventa, porque las
circunstancias son distintas y hay que tener la capacidad de
evolucionar y de adaptarse. Así en lo público se podrá
recortar, restaurar, modernizar y homogeneizar, más todos
los verbos acabados en “ar” del diccionario, siempre que se
aseguren y garanticen los puestos de trabajo, servidumbres
derivadas de malos Gobiernos anteriores en una España que en
otras Navidades pretéritas ponía en sus mesas pavo, marisco
y mazapanes y en estas más de una familia se ha tenido que
contentar comiendo bolsas de “gusanitos”, no jodan...
Buena entrevista la del Presidente, con excepción de un tema
recurrente que a más de uno le anda tocando los huevos, con
perdón de la aseveración escatológica, porque ¿Hay alguna
razón para que se esté en una especie de mendicante postura
de “pedir perdón” a la barriada del Príncipe? ¿No conoce el
Gobierno de la ciudad la existencia a lo largo de España de
espantosos núcleos y poblados chabolistas o de casas
prefabricadas, sin agua, con la luz enganchada y donde andan
a palos con los yonkis y las ratas mordedoras? ¿No existen
en Andalucía lugares donde los niños van a la escuela en
aulas también prefabricadas y pasando más frío que los
perrillos chicos? Tanta grima y tantas pamplinas con una
barriada que cuenta con dignísimas edificaciones que ya
quisieran para sí millones de familias, con todos los
servicios, con aceras y calles asfaltadas que no con barro,
charcos, ratas y cucarachas, con un vecindario integrado por
gente normal, nada de yonkis pinchándose en las esquinas ni
putas ejerciendo en los portales y tirando los preservativos
a la vía pública ¿Qué tiene el Príncipe que la haga
merecedora de un tratamiento mejor que al resto de las
barriadas de Ceuta? Porque, señores gobernantes, el resto de
las barriadas “también existen” y quieren que en las
entrevistas se las mencione y que se prometan mejoras
espectaculares en “todas” sin exclusión ¿Mamonéo o agravio
comparativo? ¿Qué pasa que para ser el número uno de la
agenda hay que llamar a un guardia y tirarle un ladrillo?
¡Pues no vean la que se iba a liar si se estuviera tirando
con recortadas y con la munición manipulada!
Pero me abstengo de amargarme comparando “cualquier
barriada” ceutí con las Barranquillas, la Cañada Real, el
Cabezón o la Fuentecilla madrileñas, ni con los espantosos
asentamientos de Huelva, Can Rectoret en Barcelona, el Vacie
, el Charco de la Pava o las chabolas de Triana en Sevilla,
los Asperones malagueños o los núcleos de chabolas y
chatarras murcianos. Considero que en esta ciudad pueden
existir zonas humildes, pero no existe lo que hay en la
Península y allí sí hay un millón de razones para pedir a
diario perdón, sobre todo cuando a los niños se les
cronifica la broncolitis por las malas condiciones de vida o
aparecen mordidos por las ratas y con picaduras de
cucarachas y de pulgas. Por favor, un poco más de realismo y
un infinitamente más de caridad y de respeto para con todos
los que penan en los poblados chabolistas de España.
Porque no en todas las Autonomías tienen a un Juan Vivas
volcándose con la ciudadanía y haciendo de cada iniciativa
una cuestión de honor que llevar hacia delante contra viento
y marea. Pero buena entrevista en la primera semana del
2012. Y realista. Y aquí no están las Barranquillas ni
existe el riesgo de que estén.
|