Que terminaron con la gran
Cabalgata de Reyes, síntoma inequívoco del final de unas
fiestas que, a decir verdad, no sabemos muy bien cuando
comenzaron, si el día en el que se iluminó la ciudad, en las
dos noche consecutivas de esa cena-invitación
multitudinaria, no sabemos a cuento de qué, si en el día de
la “polvoroná”, otro gasto absurdo, o si, de verdad, el día
24 de diciembre.
Sea como sea, tras estas fechas, que iré comentando, hoy y
otros días en el futuro, en su justa medida, lo que sí es
cierto es que, a partir de ahora, desde hoy hasta finales de
febrero, la crisis se notará un poco más y salvo marcas como
AVECREM y alguna otra parecida, todos notaremos la situación
que hay y los gastos extra de los días que han pasado.
La cuesta de enero, desde hace años, se prolonga durante un
mes más, porque no debemos olvidar que los gastos extra que
hacemos en estas fiestas, especialmente, si se van abonando
con tarjeta, no será hasta finales de enero que es cuando lo
cargan, con lo que será febrero quien tenga que apechugar
con lo poco que quedó tras el “recorte” de la tarjeta.
Sea como sea, eso son gastos privados que uno hace con lo
suyo y que está en su derecho de pagarlo o deberlo como
quiera, sin dar cuentas a nadie más que a él. Esto debe
quedar claro, porque todos tiramos de nuestro bolsillo o de
nuestra tarjeta cuando y como queremos o podemos.
Lo que no tiene el mismo sentido es lo que se hace con
dineros públicos, especialmente en unos gastos que pueden
servir para congraciarse con unos hipotéticos votantes o con
quienes un político cree que le han apoyado a él.
A mediados de diciembre, recuerdo haber visto, dos días
consecutivos, desde media tarde, unas colas que se
asemejaban a las de la recogida del racionamiento en los
años 40, aquí, afortunadamente, los que estuvieron varias
horas en esas colas no tenían necesidad del tal
racionamiento, ni tampoco de que se les invitara a cenar y
al baile siguiente por la noche. ¿A qué vienen esos gastos?
¿No estábamos en época de crisis? ¿No es esta una de esas
épocas de vacas flacas?. Aquí, en Ceuta, parece que todo eso
da lo mismo, pero esas 500, 600 o 700 personas que fueron
invitadas a cenar, todavía no sé con qué criterio selectivo,
se lo pasaron como Dios, y la Santa Casa Madre ya pagará o
ya habrá pagado, que para el caso es lo mismo.
Ni lo entiendo, ni lo apruebo, ni me parece lo más moral en
épocas de este tipo, con la situación económica como está.
De todas formas como eso de tirar con pólvora ajena se les
da de perlas a los políticos, sean de las siglas que sean,
pues no podía faltar la polvoroná, tampoco, de donde hay
quien sale con dos kilos de más, por comerse uno, dos, cinco
o los polvorones que sean, además de recoger otros tres o
cinco más en el bolsillo.
Hay unas normas adquiridas aquí que debían ser las idóneas
cuando el Ayuntamiento tenía mucho dinero, pero que no
cuadran demasiado cuando además de no tener, el
Ayuntamiento, como casi la totalidad de ayuntamientos, debe
lo que no está en los escritos.
Con esta situación, que nadie se escandalice, si los que se
fueron ya del Gobierno, no les dejaron “los deberes hechos”
y digo que nadie se debe escandalizar, porque si hoy se
fueran los que están en la Santa Casa Madre, no sé qué
deberes dejarían hechos a los sucesores.
2012 ha nacido con aires de cambio, de reformas, de
recortes, pero ya veremos a ver si en Ceuta se recortan esas
“comilonas” para unos cuantos privilegiados y “elegidos a
dedo”.
|