A nivel de la frontera la agilidad es
seudónimo de prosperidad
 

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Si a cualquiera de nosotros nos dieran un euro por cada vez que se ha invocado en los últimos años a “las relaciones de buena vecindad” seríamos más ricos que Creso, el último rey de Lidia que estaba forrado de billetes o de monedas de oro de la época. Y el caso es que malas relaciones no existen, al revés, los de Ceuta pasan a Marruecos a comprar productos ecológicos y la bendición de Dios, a disfrutar de sus segundas residencias y a descansar y los marroquíes vienen a Ceuta a comprar o a hacer turismo de shopping. Ese que voy que vengo se traduce como es lógico en prosperidad y en beneficios para todos, aunque si tuvieran que darnos tan solo 50 centimitos por cada vez que se ha aludido a “las colas de la frontera” ya no seríamos Creso sino los dueños de Inditex léase Zara-Massimo Dutti-Uterqüe-Sfera y demás, pero con la diferencia moral de que los productos que se venden en esas tiendas estarían íntegramente fabricados en España y darían de comer a cientos de familias españolas y no en terceros países con mano de obra barata y condiciones laborales abusivas.

Pero el caso es que la frontera se colapsa, como ayer, por parte de Marruecos y el tema tan sólo se puede solventar dialogando con las autoridades vecinas de quienes dependen directamente los policías de la Aduana y que son los únicos que pueden ordenar el que se agilice el paso de un lado al otro, evitando al tiempo las avalanchas humanas por el básico método de obligar a guardar cola. Por un lado el factor seguridad y por otro la vertiente humana. Recuerdo el pasado mes de agosto, en pleno Ramadam, cuando nuestra “pandilla plumilla” es decir Fidel Raso, Patricia Gardeu y servidora, nos dirigíamos rozando la hora del rezo y de la ruptura del ayuno a aprovechar la hospitalidad de Hamadi Amar en el corazón del Tarajal y compartir la jarera solidaria que ofrecía cada tarde a los porteadores. Los hombres y mujeres cargados de bultos esperaban en la acera porque había “mala guardia” en el lado marroquí y hasta que no cambiara no podían pasar con sus mercancías, lógico que todos compartiéramos los tazones de jarera porque aquellas criaturas estaban sin comer y sin beber, deseandito llegar a sus casas a la hora del rezo y se veían allí estragados de hambre y agotados, así que muchos dátiles y mucha sopa comunitaria ¿No somos todos hijos de Dios? Pues que se note.

Personalmente considero que la frontera del Tarajal es recoleta y está limpita, si la comparamos con la de Melilla sería como comparar el Ritz con la fonda de Los Cuernos, porque a no ser que haya cambiado mucho por mor de los fondos FEDER recuerdo aquello como una polvorienta asquerosidad tapizada por bolsas de plástico y desperdicios. Pero todas las fronteras son malas y me hacen recordar aquella canción setentera y reivindicativa “En la tierra americana, solo hay un muro que existe, al norte hay un pueblo alegre y al sur hay un pueblo triste”.Lo cierto es que coincido con los empresarios en que el Tarajal se debería reformar y ampliar (a ser posible con fondos FEDER para que no nos cueste los dineros y pague Europa porque para eso es “su” frontera) tres carriles más por cada lado agilizarían el tráfico y darían lugar a una interesante obra pública que emplearía a muchas criaturas, por más que el Jefe José Luis Torres diga que la frontera está bien, lo que es una opinión claramente parcial ya que él mira por el Estado y no por la comodidad de los transeúntes. ¿Lo siguiente? La reunión “al más alto nivel” entre el Delegado de Gobierno y el Gobernador de Tetuán y de paso decir allí que quienes se tienen que quedar arriados en esta parte con sus bultos porque hay “mala guardia” se están jugando la leche y el pan de sus hijos, que no son los empresarios trajinosos que pasan los fajos de billetes en los dobles fondos hacia Andorra. Y quienes van a Castillejos o vienen para Ceuta en plan turistas es a hacer que se muevan los dineros y a generar prosperidad, tanto aquí como allí y a todos interesa ese trasiego que constituye la auténtica “buena vecindad”.

Aludir por lo tanto al diálogo (cincuenta céntimos cada vez que se alegue) y fluidificar los contactos entre ambas partes ( y no se trata de intercambiarse pastillas efervescentes de Fluimicil Complex para expectorar) sino en reunirse de forma habitual y en plan amistoso-técnico- protocolario, estando a partir un piñón nuestro Delegado con el Gobernador y nuestro Jefe Torres con sus amistades policiales, más todos ellos con Vivas que tiene mucho predicamento en Madrid para ver si se engatusa a Europa y sueltan la partida para hacer una frontera espectacular con áreas de servicio y quince carriles de ida y de vuelta, porque de ahí dependemos mucho, nosotros y ellos.