Cargados de caramelos y con miles de regalos guardados con
celo durante un año para los niños del mundo, Sus Majestades
los Reyes Magos pasearon durante la tarde-noche de ayer por
las calles de la ciudad antes de entrar a hurtadillas en los
hogares para dejar sus presentes a los pequeños de la
ciudad.
Vinieron de lejos, a lomos de resistentes y entrenados
camellos desde la tierra de Belén, para finalmente
desembarcar en la ciudad y cumplir puntualmente con la
parada obligatoria en Ceuta, anclada entre Oriente y
Occidente, bañada por el Mediterráneo y el Atlántico.
“El pasado año probamos la llegada a Ceuta en helicóptero y
disfrutar de las magníficas vistas que este trayecto te
ofrece pero este año y ante las dificultades económicas
hemos buscado un medio más barato apostando por la
austeridad y hemos venido en el barco de ‘El Desnarigado’”,
comentó Melchor mientras atusaba su recortada barba blanca.
Este año, Sus Majestades se entregaron a la ciudadanía ceutí
y acudieron a sus respectivas citas para repartir ilusión y
alegría. Después llegó la hora de la Gran Cabalgata, donde
Melchor, Gaspar y Baltasar se subieron a sus magníficas e
iluminadas carrozas para saludar a los ceutíes.
Una impresionante comitiva cargada de color y alegría iba
repartiendo entre los asistentes cientos de caramelos que
eran lanzados al aire para que la gente lo atrapara.
Este año una de las novedades ha sido la presencia de las
tres academias de baile de la ciudad así como la
participación de varias asociaciones de vecinos que
representaron conocidos cuentos infantiles en las bateas
decoradas para la ocasión. Así, ‘El flautista de Hamelin’,
‘La Cenicienta’, ‘Blancanieves’, ‘El soldadito de plomo’ y
‘El Bosque Encantado’ fueron los cuentos elegidos para
animar un recorrido repleto de ceutíes que se entretenían
con las actividades propuestas por los miembros de los
diferentes pasacalles que también se incluyeron en la
comitiva, mientras esperaban ansiosos la llegada de los
Reyes Magos.
A la sintonía se unían las voces de niños que pedían más
caramelos y más bullicio en la calle Real, camino nuevamente
del Palacio de la Asamblea, donde finalizó el evento poco
antes de las diez de la noche. Durante la cabalgata podía
verse el ambiente más típico de estas fiestas: los roscos de
Reyes ya casi habían desaparecido de los escaparates de las
pastelerías, las compras de última hora para los infantes de
la casa y la mayoría de tiendas abiertas hasta las doce de
la noche para aprovechar este agosto en la fecha de
calendario más consumista del año. Con los pronósticos de
felicidad cumplidos, viendo la caras de alegría de la
ciudadanía ceutí tras la cabalgata de anoche, ya sólo queda
mirar atrás para contemplar un año de buen comportamiento
cívico y de auxilio a los más necesitados. Para dar ejemplo,
los pequeños ceutíes se portarán muy bien en 2012, para que
el próximo año los Reyes Magos repitan su visita a la ciudad
cargados de nuevo con numerosos regalos.
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