Cuando algún catalán se pierda, o
sea secuestrado, por Ceuta o, mejor escrito, por África que
vaya a reclamar a las delegaciones catalanas repartidas por
el mundo y pague el rescate con dinero catalán.
Que no se le ocurra decir que es español y que sea el
Ministerio de Asuntos Exteriores y/o sus entidades
dependientes las que lleven las negociaciones… ya que si les
ayudara, estos últimos organismos, perderían la identidad
catalana.
Viene esto a cuento por el anuncio de Artur Mas, ‘president’
de la Generalitat de Catalunya, acerca de que mantendrá su
perfil propio en el extranjero a través de delegaciones que
son fundamentales para la promoción económica y cultural en
el exterior.
No las piensa suprimir y eso que gritó lo suyo cuando fueron
creadas por los republicanos de ERC, los socialistas del PSC
y los verdes de IC-V.
Cerrar hospitales, reducir personal en las escuelas y en los
hospitales, hasta cerrar el parque de bomberos si hace
falta, no es ningún problema. Cerrar Delegaciones o
Embajadas catalanas es otro cantar ¿no?
¿De qué vivirían los pobrecitos funcionarios con sus jefes
si suprimen esas Delegaciones?
Nada, nada. Cerremos hospitales y escuelas (masificando sus
aulas) y jodamos a los asalariados: nuevo eslogan de la
derecha catalana.
Muy parecida a la que se avecina, pero a nivel nacional.
De todo el jaleo montado por unos cuantos trajes, la
política de apropiaciones indebidas y la caradura de los
desconcertantes acuerdos bajo cuerda, así como el
despilfarro en aeropuertos sin aviones, pistas de fórmula 1
de quitan y pon, parques temáticos que se hunden al primer
soplo (Tierra Mística), ciudades de las ciencias y las artes
que no terminan de ser rentables… ahora resulta que
Rodríguez Zapatero es el culpable de que la Comunidad
Valenciana se vea acosada por los bancos y tenga que pedir
ayuda al Tesoro Público para que los saque del registro de
morosos pendientes de desahucio.
La Comunidad Valenciana, gobernada por los peperos largo
tiempo, tiene la suerte de que en el Gobierno estatal estén
los suyos.
Un hito importantísimo en la Historia de España: la primera
vez que el Tesoro acude al rescate de una Comunidad
autonómica que ha vaciado sus arcas de manera un tanto
estrafalaria.
Menos mal que el banco, Deutsche Bank, ha preferido no
clasificar la partida como impagada y evitar, con eso, que
la Generalitat Valenciana se declare en quiebra al permitir
que sea el Tesoro el que se comprometa con el aval.
Gordo, muy gordo vemos lo que se avecina.
En todas las comunidades gobernadas por el PP se viene
notando una enorme dedicación al gasto de manera tan alegre
que no me extraña que bailen por sevillanas.
Con razón al pobre Francisco Camps tenían que regalarles los
trajes. No había dinero para comprarlos.
Si Vd. no puede pagar la hipoteca porque su empresa le ha
dado la patada en su trasero… no se preocupe, no se declare
en quiebra, pida ayuda a Mariano Rajoy indicándole que
debajo de la alfombra gubernativa dispone de 18.000 millones
de euros para salvar a sus amigos.
Mientras, la Iglesia Católica seguirá recibiendo sus 10.000
millones de euros anuales y Mariano Rajoy sigue sin dar la
cara. Muy listo al designar a una nueva mamá, con cara de
muñeca de porcelana, como vicepresidenta.
Ya vemos a donde nos conduce todo esto.
Tanto confían en los suyos que hasta el abogado de Jaume
Matas, el ex presidente balear, insiste en que se le juzgue
en la Audiencia Nacional… ¿entendéis el por qué?
Tranquilos, los chorizos serán siendo de cantimpalo. Los
alemanes siguen riendo.
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