La culminación del proceso
electoral del pasado mes de noviembre supuso, entre otras
cuestiones, el anuncio de la convocatoria del Congreso
Nacional Ordinario del Partido Popular para el próximo mes
de febrero. Desde ese mismo instante, la maquinaria popular
emprendió el camino que les conducirá a una cita congresual,
que no solo renovará al actual Presidente Nacional, Mariano
Rajoy, sino que también conllevará la cuenta atrás para la
celebración de los distintos Congresos Regionales,
Provinciales o Insulares, que designarán a quienes dirigirán
a esta formación en los próximos tres años
Un momento esperado por aquellos militantes descontentos con
la actual dirección, que aspiran legítimamente a la
Presidencia del mismo. No obstante, antes de proseguir con
esta reflexión, es momento de aclarar algunas dudas vertidas
desde el mismo instante de la proclamación de Juan Jesús
Vivas como Presidente Regional del Partido Popular en
aplicación de los Estatutos de esta formación. Un documento
aprobado democráticamente por todos los afiliados, que
establece nítidamente los mecanismos para acceder a la
Presidencia de esta formación, entre los cuales se encuentra
la capacidad del Comité Ejecutivo para designar de entre sus
miembros a quien tenga que dirigir el Partido en el caso de
dimisión o fallecimiento del Presidente.
Por tanto, los propios Estatutos demuestran la falsedad de
unas acusaciones, que tan solo pretenden dañar la imagen de
esta formación al deslegitimar el nombramiento de su actual
Presidente Regional. Críticas entendibles en el caso de
provenir de rivales políticos, pero inaceptables si
provienen de miembros de esta formación puesto que, es de
obligado cumplimiento respetar pública y privadamente el
honor y la imagen del Partido, de sus órganos y de todos sus
afiliados.
Algunos olvidan las dificultadas que deberá afrontar en los
próximos meses una formación política que deberá aplicar las
medidas necesarias, totalmente impopulares, con el claro
propósito de solucionar los múltiples problemas de un país
inmerso en la peor crisis socio económica de su historia
democrática por tanto, una formación que necesita del
compromiso leal de todos sus afiliados. En definitiva, unos
militantes del Partido Popular que deberán protagonizar
desde el compromiso y la lealtad una cita congresual que
designará democráticamente a quien dirigirá la formación
popular en los próximos tres años.
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