Y no ha hecho más que comenzar el
baile de los números, en torno a Rajoy, que de ahora en
adelante tendrán mucho que hablar, y si no tiempo al tiempo.
Es cierto que a todos los gobiernos se les ha dado un
período de confianza de cien días para que fueran haciendo
los deberes y que a Mariano Rajoy se le está exigiendo casi,
desde antes de llegar al Gobierno, todas las fórmulas
mágicas, para salir de la crisis.
No hay que confundirse. Aquí, milagros no hay, y la
multiplicación de los panes y los peces la hizo una sola vez
Cristo, y nada más que una vez.
Rajoy no podía tirar de medios “divinos”, tenía que empezar
con todo lo humano a su alcance, y con eso ha comenzado,
aunque ya veremos a quienes va a poder dar gusto.
Lo primero que se ha encontrado es que la deuda esa de los
16.000 millones, supera con mucho esa cifra y se acerca a
los 40, si es que no ha pasado, con lo que las recetas de un
catarro no pueden servir para curar una pulmonía y así se
está comenzando.
Subida de impuestos, lo primero que llega, no sé cómo lo van
a llamar, pero por muchos nombres bonitos que se quieran ir
poniendo, cuando yo vaya a pagar la contribución de mi casa
o de alguna finca y lo hayan subido un 10% o un 15%, eso es
una subida y no hay más que hablar.
Hay en otro aspecto en el que tanto yo, como mis colegas de
mi propia generación, tenemos que resaltar, y es que con
Mariano Rajoy nuestro sueldo siempre ha estado condenado a
la congelación, y no ha hecho más que pisar las alfombras de
La Moncloa, ya tomó la primera de las decisiones. El sueldo
congelado, algo similar a lo que hizo siendo ministro, no sé
si de las Administraciones Públicas, en el primer Gobierno
de Aznar.
Entonces, y por dos años nos congeló el sueldo, y si bien es
cierto que para muchos podemos ser unos privilegiados, por
tener trabajo seguro, no menos cierto es que para ello, en
mi caso, y en otros muchos hubo que ir a unas oposiciones
libres, con un solo tribunal para toda España, con lo que ni
Rajoy, ni Zapatero, ni Aznar, ni Felipe González nos han
regalado nada.
Voy más lejos, cuando todos esos han ido a la “poltrona” de
la Moncloa, tanto yo como otros muchos que aquí seguimos, ya
éramos catedráticos, por lo que de agradecimientos nada de
nada.
De todas formas, si eso es lo necesario y prioritario para
enmendar la trayectoria del país, bendita sea la medida,
pero más rentable sería que se hubieran quitado todas las
subvenciones a ONGs, que se dan a cada instante, también que
se hubieran quitado todas las subvenciones a los sindicatos
y a los partidos políticos, o que hubieran limpiado, de una
vez, las diputaciones provinciales, auténticos focos, o
nidos de caciques que nada positivo aportan a España y que
conllevan unos gastos tremendos.
Lo que empieza a quedar claro es que, una cosa es predicar,
en la campaña electoral y otra “dar trigo”, una vez
instalados en el Gobierno.
Estamos ante los primeros pasos, se sabía que iban a ser
duros, como se sabía que las cuentas que iban a dejar “los
del capullo” serían más nefastas de lo que ellos mismos
decían y el PP esperaba.
De momento, estamos en recesión, el paro no se va a frenar,
por ahora, pero si los números se hacen bien, si la tijera y
el bisturí se colocan en su justo sitio, de aquí a un año
las cosas podrán ir cambiando, pero para eso, aunque el
tiempo está seco, es posible que haya llovido mucho.
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