Labrarse una reputación en el
proceloso campo de la política requiere mucho esfuerzo, un
tiempo relativamente largo y una ardua repetición del verbo
“demostrar” en la primera persona del indicativo. Cultivar
una imagen es una tarea complicada, porque implica ser capaz
de mantener el listón, con la vertiente negativa que
comporta el que, infinidad de logros, pueden desmoronarse
con un sólo error.
También es comprensible que Carracao, como secretario
general del PSOE reciba órdenes de Madrid en cuanto a sus
estrategias y comparecencias, pero en esta ocasión debería
actuar en el joven líder socialista el sentido de la
oportunidad y una perspectiva algo más amplia y ambiciosa
tanto de la realidad de Ceuta como de la realidad de España.
Así la comparecencia de ayer ante los medios no pudo ser más
desafortunada ni estar más fuera de lugar. Tal vez en un par
de años, si el reciente Gobierno de Mariano Rajoy no
consigue remontar y anuncia los signos de desgaste marcados
por los tiempos, sería más o menos adecuado alegar que el
PSOE “estará en la calle”. Algo, por otra parte, ya
anunciado desde que se fraguara el movimiento 15M “contra”
el Gobierno de Zapatero y el Rasputín Rubalcaba, sabiéndose
claro perdedor comenzara la burda artimaña de “acercarse” a
los indignados, previendo que más tarde les podría utilizar
desde la oposición “contra” el nuevo Gobierno, para
conseguir su desgaste y deteriorar su imagen a fuerza de
manifestaciones y acampadas. Eso se llama “darle la vuelta a
la tortilla” y es un tipo de manipulación bastante primaria
y sin duda básica.
Pero ni es el momento ni se da la coyuntura. De ahí la
intemperancia en la que ha caído Carracao criticando
duramente la congelación del salario mínimo interprofesional
por parte del PP, pero omitiendo que suben las pensiones que
los socialistas congelaron y tratando de disculpar la bajada
de los sueldos de los funcionarios alegando que tienen un
“puesto fijo”.
El mesianismo de la pontificación de Carracao huele a
imposición de Rubalcaba y no es el ex Ministro del Interior
de horroroso recuerdo, no es Rubalcaba el más fiable a la
hora de diseñar movimientos, porque su credibilidad no puede
estar más baja y el líder socialista ceutí bien haría en
ponerse el impermeable como en su día hiciera el prestigioso
Paco Vázquez sempiterno alcalde socialista de La Coruña que
fuera en su día el alcalde más votado de España, pese a
estar el aznarismo en la cumbre, pero que consiguió ese
logro “siendo él” y marcando las distancias con las
necedades y las sandeces de la cúpula de su partido.
Opino que a Carracao le deben enviar los puntos a tratar por
email, porque en su intervención “contra” la congelación
(que no recorte ni rebaja) aludió a Irlanda como ejemplo.
¿Ejemplo de qué? ¿De absoluta ruina económica que ha
motivado el que miles de irlandeses, lo mejor de lo mejor,
los más capacitados, hayan tenido que emigrar al continente
australiano y estar mandando dinero desde allí a sus
familias?. Las remesas salvarán a la verde y gaélica Irlanda
y si no al tiempo. Las remesas de Australia y el turismo de
idiomas de toda Europa y de los chinos y japoneses.
“Zapatero a tus zapatos” Y vive Dios que no me refiero al
nefasto ZP, pero sí a que Carracao está en Ceuta y sin caer
en localismos catetos ni ponerse el antifaz ante la dura
realidad española, realidad que nos fue manifestada
repetidamente por el Partido Popular a lo largo de las
elecciones donde se habló sin cortapisas de “apretarse el
cinturón” y de la labor colectiva que será relanzar España
con buenas medidas y un par de cojones, el líder de la
oposición ceutí cuyos méritos nadie ha puesto en cuarentena
pero que patina cuando sigue a pies juntillas a los de su
cúpula, debería ceñirse a temas de la ciudad que es en los
que se mueve cómo pez en el agua y de los que capitaliza sus
resultados propios. Acaba de conseguir la aceptación de
cinco propuestas para los Presupuestos y una pública
felicitación del PP, ante la que los de la Koalizión
Kaballas andan comiéndose de rabia y en el fondo satisfechos
de haber encontrado un nuevo blanco de sus iracundias
claudicantes y batasunillas.
Ahora irán “también” a por los del PSOE, que es algo que
constituye una especie de marchamo de prestigio ante la
ciudadanía para quienes todos los enemigos de Kaballas son
gente intelectualmente distinguida y con clase. Carracao
sabe bregar con la realidad por más que se exceda y se
apasione. Y es que Carracao da para más, para mucho más.
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