De una parte “inadvertida”, lúgubre y prácticamente
invisible del fondo de la Catedral, a un rincón que brilla
con luz propia, el tríptico anónimo del siglo XVIII que
retrata Las bodas de Canán, La recogida del maná y La Santa
cena, ha recuperado en los últimos meses el fulgor que poco
a poco le robaron los siglos.
Ayer se presentaba en sociedad, completamente restaurado y
en su emplazamiento original, el conjunto pictórico de
estilo manierista que fue concebido casi con toda seguridad
para ocupar el espacio que ahora ha recuperado en la
Catedral, tal y como explicaba el director del equipo de
restauración, Jesús Pérez Rivera, responsable también de la
exposición que acompañará a los cuadros durante sus primeros
días de renovada vida. En ella, el visitante podrá
contemplar las diversas y laboriosas fases por las que han
pasado los cuadros hasta recuperar su textura y colorido
actual, una apariencia que devuelve a los ceutíes la
oportunidad de observar los cuadros “tal y como otras
personas pudieron hacerlo en su día, cuando fueron creadas”,
según explicaba el deán de la Catedral, José Manuel
González, en el acto inaugural de la exposición. El deán
agradeció en nombre de todos los ciudadanos el trabajo de
Pérez Rivera y sus ayudantes, un equipo del que destacó “su
dedicación, profesionalidad, paciencia y cariño”.
Arropados por un buen número de ceutíes, el grupo
restaurador presenció, con la misma alegría que demostraba
el clero allí presente por poder ver recuperado parte del
importante patrimonio artístico de la catedral, el encendido
de los nuevos focos que desde ahora dirigirán la mirada de
los feligreses hacia el tríptico.
Desde hoy mismo, y al menos durante todo el mes de enero, la
exposición que narra el proceso de restauración de los tres
cuadros, está abierta para la visita del público de lunes a
viernes (de 10.00 a 12.00 horas y de 19.00 a 21.00 horas) y
los fines de semana en horarios habituales.
El ejemplo de estos tres cuadros, restaurados gracias a la
colaboración entre el Servicio Público de Empleo Estatal con
la Ciudad Autónoma, podría abrir camino para recuperar otros
tesoros patrimoniales que esperan pacientemente su turno en
los rincones de la catedral, algunos de ellos con autores
que se pueden encontrar, incluso, en las salas del Museo
Louvre de París.
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