Estoy escribiendo este artículo en
un día como hoy, por el 28, en que tengo la duda de si lo
redacto en serio o meto guasa bromista.
No entiendo bien la conmemoración de este día en el que se
gastan bromas, algunas pesadas, entre la gente.
¿Es broma el episodio hagiográfico de la matanza de todos
los niños menores de dos años en Belén (Israel)? Supongo que
eso da referencia a que toda la Biblia sea una broma.
Tampoco entiendo cómo la Iglesia Católica Apostólica y
Romana celebre ese día mucho antes de la llegada de los
Reyes Magos, (nos atenemos a los relatos bíblicos, que quede
claro), si el supuesto mensaje del evangelista se refiere a
hechos sucedidos después de la visita de los Magos.
¿No consultó Herodes con los Magos sobre Jesús? ¿Cómo es que
tratara de matarlo, haciéndolo con todos los bebés, antes de
consultarlo?
De lo que sí estoy seguro es de la tergiversación de los
relatos del evangelista Mateo, en el paso del tiempo.
Mateo dirigió su mensaje a judíos conversos de la época y no
conocía mucho del nacimiento de Jesús… se refería a Moisés,
el profeta más venerado por los judíos, que sí se salvó de
una matanza de niños. Esta extrapolación, de un relato
antiquísimo, a la historia de Jesús es obra de esa Iglesia
Católica, Apostólica y Romana.
Una contradicción más que no cuadra con hechos relatados en
los evangelios.
Aunque lo de Moisés tampoco es seguro, por cuanto no existen
datos sobre la existencia real de este santo con cuernos.
Tan inocentes seguimos que nos tragamos todo cuanto
pronuncie esa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que se
introdujo en la humanidad, como todas, a base de palos,
matanzas y suplicios y de la que sacaron ese dicho impopular
‘la letra con sangre entra’. Una imbecilidad rayana en el
sadismo mitológico.
El cuadro de Francisco de Goya y Lucientes no podía ser más
explícito.
Bueno, vamos dejando atrás un año en el que aprendimos a
escribir ‘prima de riesgo’, ‘mercados’, ‘calificaciones de
deudas’, etc.
Hasta descubrimos que los altos cargos no se libran de las
prostitutas con afán de famoseo.
También asistimos a un nuevo romance germano-francés,
romance atávico con intereses monetarios, que sólo puede
concluir con la destrucción de la Europa del euro.
Asistiremos a un nuevo movimiento, si no existe ya, de
víctimas del recorte peperiano.
Asistiremos a la elevación en los altares políticos de
familiares de políticos designados a dedo desde la poltrona
presidencial del partido y del Gobierno.
Veremos a la, recién designada, alcalde de Madrid, sin el
voto del pueblo, causando estragos en la Villa y Corte.
¿Qué clase de estragos?... me lo reservo, pero circulando la
botella se entiende.
Decir alcaldesa me parece bastante mefistofélico.
Acepto lo que indica el marido que no es alcalde: su mujer
lo es.
Quiero decir que es alcalde no alcaldesa.
Si seguimos el juego del diccionario ¿tendremos que llamar
al marido alcaldeso? Suena raro.
El marido de la alcalde tiene muchos rasgos en común con
Mefisto, o Mefistófeles como quieran, atrapado en su
historia de que las masas dejen de creer en el ya ex
presidente del Gobierno, al que siempre llama Zapatero,
perdiendo al mismo tiempo relevancia.
Aunque esta vez no creo que venda su alma para
rejuvenecerse, alcanzar grandes dosis de sabiduría y
enamorar a una doncella bellísima… está casado con el
alcalde.
Ignoro si la FAES tiene algunos rasgos del Opus Dei. Tal
vez.
En fin. La vida sigue, yo también, sin tratos con demonios
ni nada así.
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