La restauración de las Murallas Meriníes finalizó en la
primera semana de noviembre y fue un éxito. En las
actuaciones, coordinadas por la empresa de arquitectura ‘Yamur’,
se han cumplido “todos los objetivos” y las Meriníes ya
lucen renovadas. El arquitecto Pedro Gurriarán ha explicado
los pasos que se han seguido en los trabajos.
La restauración de las Murallas Meriníes finalizó en la
primera semana de noviembre y las actuaciones han sido un
éxito, tal y como informó el arquitecto Pedro Gurriarán, de
la empresa de restauración y arquitectura ‘Yamur’. “Se han
cumplido todos los objetivos que había previstos, no ha
habido ningún inconveniente”, explicó. Tras finalizar estas
actuaciones, la obra será recepcionada por el Ministerio de
Cultura y “ya se están cerrando los trámites
administrativos”.
Los trabajos se centraron sobre todo en la restauración de
las torres 12 y 13. Así, “se han restaurado los lienzos de
la muralla y dos torres de flanqueo; en ellas se ha renovado
el material de construcción original, el tapial”. Para
llevar a cabo estos trabajos se ha usado “la misma técnica
que se utilizó en el origen, cuando se construyó”. Y es que,
el objetivo de esta empresa malagueña era que la nueva
imagen de las Meriníes fuera “muy similar” a la de la época.
Otra de las intervenciones realizadas en este mismo proyecto
ha sido la “consolidación especial de una de las torres, la
última, la cual se estaba desplomando”, resaltó Gurriarán.
En este caso se realizó una fase de micropilotaje por sus
“problemas de estabilidad”. En esta restauración han
participado un arquitecto director, un arquitecto técnico de
seguridad, un jefe de obra y cuatro operarios
especializados. Las labores de restauración comenzaron en el
mes de junio y tal y como informó este diario en su edición
del pasado 7 de septiembre, el presupuesto que ha invertido
el Ministerio de Cultura ha sido de 480.000 euros. Por su
parte, la Consejería de Educación, Cultura y Mujer, con
Mabel Deu a la cabeza, anunció en esas fechas que para
conmemorar el sexto centenario de la llegada de los
portugueses, la Ciudad se centraría en “la recuperación y
puesta en valor del patrimonio histórico y cultural”; en
concreto, las propias Meriníes, el Almacén de Intendencia,
el Casetón de San Amaro o una exposición permanente de
Mariano Bertuchi.
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