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OPINIÓN - LUNES, 26 DE DICIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 19.

Me tropiezo con José María Campos en la calle Jáudenes. Él sale de su casa y yo vengo de no entenderme con el gerente de este periódico. Con José María hace un mundo que no pego la hebra. Hoy, sin embargo, lo hacemos durante varios minutos. Los suficientes para volver a entendernos sin hablar ni de tirios ni de troyanos. A José María le confieso que transito la calle dos días a la semana. Y que el resto lo paso en mi casa instruyéndome. Y él va y me dice que por qué no escribo ese libro que me toca ya escribir. Y mi respuesta es la siguiente: para escribir una columna diaria que trate de la ciudad se necesita tiempo y lectura. Lo cual me priva del tiempo que le podía dedicar a escribir ese libro que él me aconseja. Y me extiendo al decirle que lo más difícil de una columna es conseguir el tema al que referirse. Máxime cuando ha de tratarse, casi siempre, de cuestiones locales. Y, desde luego, se impone también que la columna pueda leerse en un santiamén. Ya que el público sigue prefiriendo la pintura al análisis, la anécdota al dato y el humor a la crítica razonada. Que es la mejor manera de dirigirse a unos lectores desencantados de la política y de sus palabras rituales.

Martes. 20

Dos de la tarde. Llega Pedro Gordillo rodeado de varios de sus leales a un local sito en la calle Jáudenes. Donde yo estoy charlando con persona que me cae la mar de bien y por ello suele vérseme con ella a cada paso. Se suceden los saludos, los apretones de manos y demás especialidades de la cosa en tales situaciones. Pedro se presenta alegre como unas castañuelas. Y tiene motivos más que suficientes. Ya que Conchita Íñiguez, su mujer, ha mejorado ostensiblemente de sus dolencias. Un asunto, dado que no había apenas novedades, resultó la comidilla de ese primer asalto de charla y dio origen a mucha risa. Tras alegrarnos el cuerpo, con los primeros y abundantes comentarios, decidimos sentarnos a una mesa en el comedor del Tryp. Y allí nos dieron las tantas pegando la hebra en una distendida sobremesa. A Pedro pude arrancarle una promesa. Y como sé que es hombre de palabra, pues me lo ha demostrado con creces, estaré pendiente de una fecha en la cual hemos acordado lo que hemos acordado… Así que chitón al respecto.

Miércoles. 21

Son días en los que la gente se reúne alrededor de la mesa en cualquier restaurante para celebrar que el año está tocando a su fin. Son las llamadas comidas de empresa donde es necesario que al final de ellas todos los comensales griten a viva voz que la amistad no tiene precio y que pelillos a la mar por esas diferencias causadas por la convivencia laboral. En el Hotel Tryp se está celebrando una en la cual participa Juan Carlos López Fernández. Con quien tengo la suerte de conversar gracias a un amigo común. Juan Carlos se declara lector mío. Aunque no tiene el menor inconveniente en decirme que a él no le sorprende que lo que yo escribo sea una forma de ver la vida a mi manera. En suma: Juan Carlos es consciente de que yo explico las cosas vividas como yo creo que fueron. Como yo las vi. Es decir, como yo las recuerdo. A partir de ese momento, la charla transcurre por cauces de buena voluntad. Y, claro, terminamos levantando la copa de la de la afabilidad.

Jueves. 22

Tertulia en sitio céntrico. Concretamente en ese bonito bar que ha abierto Pedro Valenzuela en la plaza de Menahen Gabizón. El cual registra llenos absolutos todos los días y fiestas de guardar. Lo que se habla en el establecimiento es referente a si Francisco Antonio González conseguirá ser delegado del Gobierno de Ceuta o bien se quedará a la luna de Valencia. De momento, el rumor que circula es que el nuevo delegado será alguien que vive en Málaga. Aunque todavía existen motivos suficientes para confiar en que pacoantonio consiga vivir en la plaza de los Reyes. A quien escribe le agradaría sobremanera que González viera cumplidos sus sueños: ahí es nada si éste consiguiera acabar su carrera política ocupando un cargo de tanto prestigio. Aunque los hombres proponen y Rajoy es el encargado de decidir quién es la persona más idónea para gobernar una ciudad en la que Juan Vivas tiene siempre la última palabra. En fin, que pronto saldremos de dudas. Ahora bien, a mí me gustaría una enormidad vivir las desavenencias que se producirían entre el descerebrado de Juan Luis Aróstegui y el ilusionado Pacoantonio.

Viernes. 23

La calle Jáudenes se ha convertido en el centro de ocio de la ciudad diurna. No sé si lo será también de la nocturna, porque hace ya muchos años que yo no la frecuento. En la calle Jáudenes uno encuentra sitios donde copear y charlar distendidamente. Establecimientos cuidados y bien atendidos. Los hay con terrazas en las que los fumadores hallan la felicidad momentánea sin que se les mire como si estuvieran apestados. Frente a mí, por ejemplo, hay una mujer que se lleva todas las miradas de la concurrencia. Mientras se deleita dándole al pitillo. Y es que ver a una mujer fumando con arte es un placer. Pero es que, además, a la que me refiero está de locura. Alta, de piernas esbeltas e inacabables, cintura breve, y una cara… una cara para cantarle cien años que yo viviera… En fin, que metido en mis pensamientos estaba, relacionados con ella, cuando la veo dirigirse hacia mí. Y al verla en movimiento presiento que puedo hasta marearme. En fin, que aguanto el tirón como buenamente puedo ante la curiosidad de otras muchas miradas todas convergentes en la diosa. Pudimos hablar unos diez minutos. Porque ella así lo quiso. Diez minutos ante la expectación circundante. Y me enteré de que hay políticos… Bueno, lo que me dijo se queda para mí. Faltaría más.

Sábado. 24

Sucedió ayer. Los conocidos de siempre nos reunimos para tomar la copa de la amistad y reírnos un rato. Pues los tiempos que corren están necesitados de hacer que la risa afluya aunque la procesión vaya por dentro. Se habló de fútbol y de si el día que se lesione Messi, Dios no lo quiera, el FC Barcelona dejaría de seguir arrollando a sus adversarios. Se charló acerca de los políticos locales. De si Pedro Gordillo se presentará como candidato a la presidencia del PP. Y alguien me preguntó, de sopetón, si yo, tan dado a usar frases hechas, era capaz de explicar lo que significa ser de la cáscara amarga. Y no tuve el menor inconveniente en dar mi parecer. Es una expresión que califica ser travieso y valentón. Ser de conducta liberal o licenciosa. Ser descreído. Pertenecer a uno de los partidos políticos llamados avanzados. Como expresión general y actualizada se utiliza para designar a la persona de ideas muy avanzadas o no regladas. Es una de las frases proverbiales que con el tiempo ha variado su significación. Y así podría haber continuado dando un mitin acerca de lo que significa ser de la cáscara amarga. Pero decidí cortar por lo sano.
 

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