Los responsables del instituto Nacional de Gestión Sanitaria
(INGESA) en Ceuta se van a marchar con un fin de fiestas
apoteósico, en lo que a la Enfermería se refiere.
Las mentiras (faltar a la verdad a sabiendas) del INGESA
hacia los enfermeros y enfermeras que se integraron desde el
Hospital Militar son una prueba más de ello.
El pasado mes de octubre, en rueda de prensa ofrecida por el
Director Territorial, se informó oficial y públicamente que
dichos profesionales pasarían por los distintos servicios
del Universitario durante dos meses, para ir adaptándose a
su nuevo puesto de trabajo, en lo que convinieron en llamar
“plan de acogida”. De esta forma, y siempre en boca de la
Dirección territorial, se afirma que será en el mes de enero
de 2012 cuando se integrarán a pleno rendimiento.
La realidad ha sido otra muy diferente, los enfermeros y
enfermeras que se integraron el 1 de noviembre del presente
año, han estado rotando por los distintos servicios, pero no
para adaptarse, sino para cubrir los huecos de los
compañeros que por uno u otro motivo se encontraban
disfrutando de permisos reglamentarios, en situación de baja
por enfermedad e incluso de permiso por maternidad. De
hecho, apenas pasaban quince días de la incorporación,
cuando ya nos encontrábamos enfermer@s procedentes del
Militar, no solo trabajando a pleno rendimiento, sino como
únic@s responsables del servicio (una enfermera en el
servicio de partos sola de tarde, otra en obstetricia sola
en turno de noche,…).
Ni que decir tiene, que el “plan de acogida” ideado por la
Dirección de INGESA, lejos de acoger y adaptar, ha servido
mas bien para “explotar” a estos compañeros, haciéndoles
saltar de un servicio a otro de un día para otro con lo que,
muy difícilmente, les daba tiempo ni a saber dónde encontrar
los materiales, cuanto menos a responsabilizarse de un
determinado servicio. Todo ello ha provocado un enorme
malestar, tanto en los acogidos como en los acogedores, ya
que los segundos se encontraban, de golpe y porrazo,
teniendo que asumir su labor asistencial habitual y, por si
fuera poco, una labor informativa de las funciones a
desarrollar en cada servicio, de la ubicación del material,
etc.
Hemos comprobado in situ, por ejemplo, que en la
hospitalización médica 2 (en la que encontramos
especialidades tan delicadas como Medicina interna,
Cardiología, urología, neurología, neumología…) una
enfermera de las de siempre de INGESA estaba sola con dos
enfermer@s recién llegad@s al Hospital Universitario. Es
fácil imaginar el enorme estrés al que todos estuvieron
expuestos y cuan enorme esfuerzo tuvieron que realizar para
que todo el trabajo saliera adelante y de forma
satisfactoria. Desgraciadamente este es sólo un ejemplo de
los que llevan ocurriendo desde la segunda semana de
noviembre.
Otro de los grandes engaños, fue el afirmar que gracias a la
integración, el hospital contaría a partir de ahora con 67
efectivos más. Para su conocimiento, no sólo se ha dejado de
contratar a personal eventual, sino que se están dejando sin
cubrir plazas vacantes, jubilaciones, sustituciones de larga
duración, etc.
No debemos pasar por alto que el dinero de los nuevos
efectivos lo ha liberado el Ministerio de Defensa (o al
menos eso es lo que nos han dicho) y no ha supuesto
alteración de lo que ya había sido consolidado en cuanto a
plazas estructurales de INGESA, que estaban presupuestadas
previamente.
En otro orden de cosas, ya hablamos, largo y tendido, en
recientes declaraciones del tema de la movilidad de la
División de Enfermería y de la farragosa y cuanto menos
sorprendente manera en que han intentado disfrazar de
transparencia un proceso en el que, finalmente, se han
colocado tres cargos de libre designación de la actual
Dirección en puestos de despacho sin tarea asistencial
alguna.
Y como colofón al Fin de Fiestas, el Ministerio ha publicado
los resultados de un estudio para “contribuir a la mejora de
la planificación de los Recursos Humanos sanitarios” en el
que admite que la cuarta parte de l@s enfermer@s de Ceuta
pasaban de los 50 años de edad en el año 2009, pero afirma,
siempre según figura en prensa, que “En los próximos años no
habrá una urgente necesidad de enfermer@s en las ciudades
autónomas de Ceuta y Melilla”. La pretensión es ofrecer sólo
datos favorables, ignorando que en los últimos años todas
las instituciones nacionales e internacionales han afirmando
que el déficit de la profesión en España es escandaloso.
Tampoco han tenido en cuenta, por ejemplo, que durante 1 año
no saldrán enfermeras de las facultades al haberse pasado de
tres años de carrera a cuatro, por el cambio de Diplomatura
a grado, ni las jubilaciones (33.510 enfermeras tenían más
de 55 años, según datos del INE en 2010), ni la apertura de
nuevos centros asistenciales y servicios, ni el aumento de
la edad de la población que demandará más cuidados
enfermeros, etc.
Todo esto no hace más que confirmar las denuncias que SATSE
viene realizando desde hace tiempo y que continuará
realizando, pese a la política de oídos sordos que vienen
desempeñando, tanto desde la Dirección de INGESA en Ceuta
como en MADRID:
- Escasez de recursos humanos.
- Incumplimiento de pactos y acuerdos.
- Creación de nuevos puestos de despacho para sí mismos.
- Negación de la realidad en cuanto a agresiones al personal
se refiere.
- Elaboración y publicación de informes sesgados.
- Sobrecarga laboral excesiva, por no reconocimiento de la
población real atendida (población flotante, etc.).
- Y un largo etc.…
Afortunadamente tenemos unos profesionales de Enfermería
excelentes y sobradamente preparados, los que estaban y los
que han llegado desde el Hospital militar.
Esperemos que el nuevo Gobierno tome nota y aprenda de los
errores, SATSE estará para recordárselos.
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