Un grupo superior a los 80 inmigrantes subsahariano
sorprendió anoche pasadas las 22.30 horas españolas, una
hora menos en el país vecino, a las fuerzas de seguridad
marroquíes dispuestas en las proximidades de Bab Sebta (lado
fronterizo de Marruecos) en la primera avalancha nocturna
con ‘éxito’. Pese a la respuesta, la ‘Mejanía’, no pudo
interceptar más que a 24 de los inmigrantes, otros 57
lograron cruzar por mar hasta Ceuta. De nada valieron los
esfuerzos disuasorios de la Guardia Civil con detonaciones y
botes de humo. Una vez llegan a España hay que recibirlos y
atenderlos. Gritos de alegría, rezos y llantos por haber
salido de Marruecos, algunos dejaron atrás a compañeros que
no tuvieron la ‘fortuna’ de pasar.
Otros 57 inmigrantes subsaharianos han logrado entrar a
Ceuta por la frontera costero-marítima del Tarajal después
de que un grupo de unos 80 individuos se uniera en las
proximidades del lado fronterizo marroquí para lanzarse a la
carrera hacia la orilla más próxima del vallado ceutí.
La voz de alarma se registró pasadas las 22:30 horas, los
dispositivos de la Guardia Civil se pusieron en marcha ante
una nueva alerta de avalancha. La Mejanía había sido
sorprendida, otra vez, esta vez por la noche. Los grupos de
subsaharianos están bien organizados y cuentan con personas
que le ayudan a ello. Los marroquíes los buscan. En esta
ocasión, una treintena de los que hoy ya están en Ceuta
habían recién llegado desde Tetuán para intentar el salto a
España. Una vez cerca de las inmediaciones del hotel Ibis,
se les unieron otros procedentes de distintos grupos. La
consigna, la misma. Correr y al agua para evitar a las
fuerzas de seguridad marroquíes.
Dicho y hecho. Activada también el Servicio Marítimo de la
Guardia Civil, la preocupación era que no quedara ninguno en
el agua. Hacía frío, algunos inmigrantes tenían golpes. Uno
de ellos hubo de ser atendido en la misma valla de mínima
separación con Marruecos. Pero a medida que los inmigrantes
se percataban de que ya estaban en España, las caras de
alegrías eran evidentes. Cánticos, rezos y llantos. Atrás
han quedado meses y años de penuria en Marruecos, decían
algunos entre el inglés y el francés (la mayoría eran
francófonos). Los inmigrantes proceden del centro de África:
Gabón, Burkina Fasso, República Centroafricana...
La Guardia Civil se hace cargo de las primeras operaciones
desde que los inmigrantes están aún en el agua. Logran
contenerlos para que se tranquilicen en la arena de la playa
del Tarajal para iniciar el recuento, por grupos de ocho. Un
traductor espontáneo se presta a colaborar con la
Benemérita. Uno a uno. “nom, prenom, un nom du père, nomme
de la mère, une provenance” (apellidos, nombre, nombre del
padre, de la madre, procedencia). Primera documentación y
entrega al Cuerpo Nacional de Policía. La logística para el
traslado, complicada. A esas horas los vehículos tardan en
llegar. Los inmigrantes hacen fila de a uno en la playa, eso
sí, ataviados con las ropas secas y mantas proporcionadas
por los equipos de emergencia de Cruz Roja.
La noche la pasan cerca de la Comisaría, muy cerca. Hay que
filiarlos y documentarlos. A lo largo de esta mañana, para
el CETI donde ya son, con estos, bastantes más de 700
residentes. Absolutamente saturado.
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