El diario ‘La Razón’ ha destacado, en su edición de ayer, la
posición de Ceuta y su efémeride de 2015 como punto de
posible encuentro entre España y Portugal, al ser la ciudad
autónoma un lugar que, como territorio español, atesora un
pasado luso que se refleja en su bandera, en su escudo, en
el bastón de mando, en las murallas y en su Pendón, así como
en la propia virgen patrona y alcaldesa perpétua. El diario,
que contacta con el comisario de la Fundación Ceuta Crisol
de Cultura 2015, Francisco Antonio González, pone en valor
que Ceuta puede propiciar un acercamiento fraternar entre
España y Portugal.
El diario ‘La Razón’ pone en valor, en su edición de ayer,
la historia de Ceuta por la que su ascendencia portuguesa
puede favorecer un acercamiento fraternal entre España y
Portugal. Con el título de: “Ceuta una España y Portugal”,
el diario hace hincapié en la efeméride de 2015 y de los
posos que en Ceuta aún quedan de la presencia portuguesa:
-En el atardecer del 21 de agosto de 1415 Juan Vaz de Almeda
tremoló el Pendón Real y la bandera de Lisboa en la Torre de
Vela de Ceuta. Era el final de una batalla que había
comenzado esa misma mañana cuando hasta las costas de Ceuta
llegaron a bordo de 200 navíos 30.000 soldados portugueses.
Faltaban todavía 77 años para que los Reyes Católicos
culminaran en Granada la Reconquista y Ceuta entraba en la
Era Moderna con la conquista portuguesa. Se iniciaba
entonces un periodo de dos siglos en los que en la hoy
ciudad autónoma se hablaba, se pensaba y se sentía en
portugués, hasta que tras la separación de las coronas de
Castilla y Portugal (1640), los ceutíes decidieron ser
españoles; una decisión por la que la ciudad añadió el
título de Fidelísima a los de Noble y Leal.
Ahora, en poco más de tres años, Ceuta celebrará el 600
aniversario de aquella conquista. Para esta conmemoración ha
nacido la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015, que
trabaja ya en los preparativos de la celebración de un
pasado luso cuyos posos siguen estando presentes en la
ciudad. El escudo, la bandera y el bastón de mando que hoy
simboliza el poder municipal son parte de la herencia de los
símbolos que dejó la ocupación lusa. Pero también la
patrona, la Virgen de África, una talla de principios del
siglo XV que en 1421 Enrique El Navegante, el hijo de Juan I
de Portugal, envío a Ceuta para proteger la ciudad en la que
los lusos iniciaron su expansión transoceánica. Y se quiere
un símbolo más visible, no cabe duda que este es el conjunto
monumental de las Murallas Reales, una fortificación
defensiva, modificada y ampliada a lo largo de los siglos,
cuya construcción iniciaron los portugueses sobre una
muralla califal.
“La celebración del 600 aniversario de la Ceuta portuguesa
es una oportunidad histórica, por un lado, para combatir,
empezando por nuestro país, el desconocimiento existente
acerca de la historia y la realidad de la ciudad y para
explicar por qué Ceuta es Europa en África y, por otro, para
saldar esa deuda pendiente que Ceuta tiene con Portugal
porque gracias a ellos somos lo que somos». Estas palabras
del comisario de la Fundación, el exdiputado en el Congreso
Francisco Antonio González Pérez, explican por qué y para
qué se ha creado esta institución a través de la que los
ceutíes pretenden darse a conocer al mundo, empezando por
sus propios compatriotas.
En opinión del comisario de la Fundación no solo Ceuta tiene
esa deuda pendiente con Portugal, sino también España, que
ha vivido de espaldas a la realidad ibérica por la que un
día –y durante 60 años (entre 1580 y 1640)– fuimos un solo
Estado, y a pesar de compartir 1.214 kilómetros de frontera
a lo largo de siete provincias españolas y diez distritos
lusos. “Ceuta puede ser la excusa que tiene España para que
se produzca esa confraternización”, agrega González Pérez.
Para que desaparezcan esas reticencias y para unir a España
y Portugal, la Fundación ya ha pedido al Gobierno español el
reconocimiento de 1415 como hecho histórico y ha iniciado ya
contactos con la Presidencia del Gobierno portugués y con su
Secretaría de Estado de Deporte y Juventud y con la Alcaldía
de Oporto, la ciudad desde la que emprendieron su viaje las
tropas de Juan I de Portugal después de que su hijo, Enrique
El Navegante, le convenciera de la conveniencia de llevar a
cabo esta empresa, y en la que el propio infante tomó parte.
Cultura y deporte
El objetivo es buscar “puntos de encuentro” y organizar
actividades, principalmente, culturales que los ponga de
manifiesto. Un festival de música ibérica, muestras
pictóricas, conferencias, espectáculos de danza, programas
de radio y televisión, regatas, intercambios deportivos o
una mini-serie cinematográfica sobre el pasado portugués de
Ceuta son algunas de las ideas en las que trabaja la
Fundación para materializarlas. Algunas en los próximos tres
años, otras, en 2015 y otras más allá de la efeméride porque
las actividades de la Fundación tiene vocación de
continuidad.
La intención es que “a pesar de la crisis” estas actividades
no sólo se financien a través de las arcas públicas. «Las
empresas no deben ser únicamente observadores, tienen que
implicarse y ser protagonistas; quienes no estén se habrán
autoexcluido, y quienes se autoexcluyen de la historia, al
final desaparecen de ella», razona el comisario de la
Fundación.
De momento, Ceuta espera sabedora de que su pasado es una
oportunidad para darse a conocer y para que la historia
vuelva a unir a España y Portugal.
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