Existe una legalidad reconocida por nuestra Constitución,
unas leyes justas para ser respetadas, y los que no se
adapten a estas premisas, a estas costumbres de convivencia
fraternal, han de penar su culpa en los Juzgados competentes
¡¡Pero desde ahora mismo!!
Hay indicios que apuntan hacia determinados rasgos
delincuenciales, de sobra conocidos en esta pequeña tierra;
hay pruebas palpables que más pronto o a más tardar, serán
puestas en mano de los tribunales sin género de duda alguno.
La consecución de estos repetidos actos no sólo vandálicos
sino delictivos por delito, suelen ser ocasionados por
cierta gentuza que no se quiere integrar, que solo parecen
buscar que impere a toda costa el odio a lo español, el
rechazo a la democracia; que es, paradójicamente, el sistema
que les hace vivir en libertad. So burros. Cuánto odio
efervescente, medicina de infelices.
Paz y respeto mutuo, sí. Siempre. En estas fechas y durante
todo el año. Y al que se salga del sistema, a esos
mentecatos y a quienes los cobijan …”Palo y tentesieso”.
Escarnio público y destierro. Pero que no los envíen
maniatados y a pan y agua al presidio de Botafuegos, aquí
cerquita, no, tampoco que los trasladen al penal de Ocaña.
Que los manden a Salobreña, que de ahí no salen jamás.
Ya que me he desfogado por tanta tensión, rabia e
indignación acumulada que tenía en mi corazón, sumada
últimamente por hechos que todos conocemos y que parecen no
tener fin en esta querida Ceuta, redacto ahora esta nota de
agradecimiento personal -que es a lo que iba, perdón-, en la
que también me hago partícipe del agradecimiento general de
los vecinos de la barriada de “Parques de Ceuta”, porque
entendemos que es de recibo elevar nuestra satisfacción por
poder contar con un buen hombre, don Andrés Durán, nuestro
presidente de la Asociación de Vecinos, a sabiendas de la
labor brillante y sencilla que viene demostrando día sí día
también tratando de resolver parte de nuestros problemas y
siempre calladamente y durante tanto tiempo, repito,
sacrificando su tiempo libre para dedicarlo a la mejora de
vida en común de todos los residentes en esta barriada. Que
es labor impagable por lo demás.
Labor ya de por sí abnegada que se ha visto intensificada en
la noche del pasado día 3, en que ardieron tres vehículos en
el garaje de nuestros bloques, cuya cobarde acción a mano de
delincuentes mafiosos, fue hecha con nocturnidad, alevosía y
premeditación. Noche para olvidar, aunque difícilmente
pueda, en que cientos de personas tuvimos que ser
desalojados de nuestras viviendas a hora intempestiva y
temiéndonos lo peor, según anunciaban las sirenas de los
servicios de emergencia, volcados en atajar el siniestro
para bien de la comunidad. Gracias mil. Pero ahí también
estaba él, don Andrés, guiándonos con su presencia de ánimo
y dándonos seguridad, con una entereza tal que no cabe
expresar sólo aquí con palabras de admiración.
Por ello, cuesta creer que el Ejecutivo local, que en la
noche de autos mostró su firme apoyo a los vecinos, no lo
asista ahora discrimándole a él (¿Será porque no está tan
“apegado” a los políticos, como otros presidentes de
asociaciones de vecinos más notorios e influyentes?) y a su
barrio, por añadidura, y ponga reparos a una demanda tan
solícita como fácil de atender, que es ponernos los adornos
de Navidad para engalanar el barrio.
Promesa que se nos hizo en la víspera del 20-N, y por lo
visto, promesa que se debió quedar atrapada en la urna del
pulpo famoso ese que acertó con el pronóstico de la
selección de fútbol campeona del mundial: España. Por eso no
comprendo que ya ausente el bicho por palmarla, pobrecito,
no haya quien ose meter la manaza en la urna.
A cuatro días vista la Navidad, seguimos esperando noticias.
La promesa brilla por su ausencia. Como las luces. Promesa
incumplida. Como tantas.
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