Más de una década hacía que no se vivía en las inmediaciones
de las Murallas Merinidas un Belén Viviente. Este año
Festejos ha querido rescatar del olvido este evento y ayer
cientos de ceutíes acudieron hasta la barriada de
Villajovita para recordar viejos tiempos y asistir al
‘Nacimiento’ y la ‘Adoración’ de Jesús.
Cientos de ceutíes acudieron ayer a la barriada de
Villajovita para ‘desempolvar los recuerdos’ y disfrutar
nuevamente de la escenificación del nacimiento de Jesús y su
adoración a través de un entrañable Belén Viviente
interpretado por más de treinta personas pertenecientes a la
Parroquia de San Juan de Dios y a las barriadas de
Villajovita y la Colonia Weil, que desde el pasado mes de
noviembre han venido ensayando la puesta en escena bajo la
dirección del padre Francisco Jesús Fernández Alcedo, quien
al final de la escenificación ofreció un discurso navideño
cargado de mensajes sobre la venida del ‘Mesías’.
Con las Murallas Merinidas como testigos de lujo de esta
escenificación, a las 18.00 horas daba comienzo este Belén
Viviente en el que poco a poco fueron apareciendo todos los
figurantes y en el que Mariano y Marina tuvieron el honor de
interpretar a José y María, respectivamente.
El Belén Viviente se estructuró en tres partes donde se
escenificó el nacimiento, la adoración de los Reyes y la
anunciación a los pastores. Poco a poco, y pese a la fria
tarde que ayer se vivió en la ciudad, el lugar se llenó de
ceutíes que quisieron participar de esta tradición
recuperada del olvido por Festejos.
Además, como las cosas hay que hacerlas bien, para
interpretar el papel del Rey Baltasar se contó con un
inmigrante del CETI, algo que le dio un mayor realismo y
realce ya que el uso del tradicional ‘betún’ deja mucho que
desear.
Finalmente, los coros que participaron en el concurso de
villancicos ofrecieron ayer lo mejor de su repertorio
durante la escenificación.
Por último, el padre Francisco Jesus Fernández Alcedo, quiso
aprovechar la ocasión para, a través de EL PUEBLO, felicitar
a Festejos y a Antonio Copado, por el magnífico trabajo
realizado en la elaboración del decorado utilizado durante
el Belén Viviente.
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