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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE DICIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / PSICOPEDAGOGIA

Criterios de diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo (y V)

Por Quique Rodríguez Asociacion Psicopedagogica de Ceuta


A Se Cumple para las obsesiones y las compulsiones:

Las obsesiones se definen por (1), (2), (3) y (4):

1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar.

2. Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real.

3. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos.

4. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente (y no viven impuestos como en la inserción del pensamiento).

Las compulsiones se definen por (1) y (2):

1. Comportamientos p. Ej. Lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (p.ej., rezar, contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.

2. El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento negativo; sin embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretende neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excecivos.

B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no es aplicable en los niños.

C. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo (suponen más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales o su vida social.

D. Si hay otro trastorno en el Eje 1, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él (p.ej. preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, arranque de cabellos en la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal, preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación por estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno depresivo mayor).

E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej. drogas, fármacos) o de una enfermedad médica.

F60.5 Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad [301.4]

En la actualidad los profesionales se guían por el siguiente cuadro que son los criterios para el diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo del DSM-IV (APA, 1994).

A. Obsesiones o compulsiones:

Las obsesiones se definen por:

(1) Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, alguna vez durante la perturbación, como intrusivos e inapropiados, y causan marcada ansiedad o malestar.

(2) Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida cotidiana.

(3) La persona intenta ignorar o suprimir tales pensamientos o impulsos o neutralizarlos con algún otro pensa miento o acción.

(4) La persona reconoce que los pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son un producto de su propia mente (no impuestos como ocurre en la inserción del pensamiento).

Las compulsiones se definen por:

(1) Conductas repetitivas (por ejemplo, lavado de manos, orden, comprobación) o acciones mentales (por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión, o de acuerdo con reglas que deben aplicarse rígidamente.

(2) Las conductas o acciones mentales están dirigidas a neutralizar o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temida; sin embargo, estas conductas o acciones mentales no están conectadas de forma realista con lo que están destinadas a neutralizar o prevenir, o son claramente excesivas.

B. En algún momento durante el curso del trastorno, la persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Nota: esto no se aplica a niños.

C. Las obsesiones o compulsiones producen marcado malestar; pérdida de tiempo (en general, el individuo emplea más de una hora diaria en ellas); o interfiere significativamente con la rutina habitual del individuo, con su actividad profesional, con sus actividades sociales o sus relaciones con los demás.

D. Si está presente otro trastorno del eje T, el contenido de las obsesiones o compulsiones no está restringido a él (por ejemplo, preocupación por la comida en presencia de un trastorno alimentario; arrancarse el pelo si existe tricotilomanía; preocupación por la apariencia física en un trastorno dismórfico; preocupación por tener una enfermedad grave en presencia de hipocondría; o rumiaciones de culpa en presencia de una depresión mayor).

E. No es debido a los efectos directos de una sustancia (por ejemplo, drogas de abuso, medicación) o de una condición médica.

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD.


Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems:

- Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización y los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.

- Perfeccionismo que infiere con la finalización de las tareas (por ejemplo, es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas).

- Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con excusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes)

excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexible en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la identificación con la cultura o la religión).

- Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental

- Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manea de hacer las cosas

- Adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás, el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.

- Muestra rigidez y obstinación.

BIBLIOGRAFÍA

- Alcalde Lapiedra, M. T. (1991). Los trastornos de conducta en la infancia y sus relaciones con las vivencias de ansiedad y depresión. Zaragoza: Universidad.

- American Psychiatric Association. (2000). Criterios de Diagnóstico: DSM-IV-TR” Madrid: Asociación Americana de Psiquiatría.

- Ayuso Gutiérrez, J. L. (1988). Trastornos de angustia. Barcelona: Martínez Roca.

- Carnwath, T y Miller, D (1989): Psicoterapia conductual en atención primaria. Manual práctico. Martínez Roca.

- Miguel Tobal, J.J. (1996). La ansiedad. Madrid: Aguilar.

- Caballo, V.E. y Cols (1996): Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos. Volumen I. Madrid: Ed. Siglo XXI.- Caballo,V.E. (1991) (comps): Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta. Edt. Siglo XXI. Madrid. Manuales de Psicología.
 

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