En el mes de Junio de 2009, el
saliente Ministro de Educación, Sr. Gabilondo, hizo una
llamada a toda la comunidad Educativa, para intentar
conseguir un GRAN PACTO EDUCATIVO en nuestro país, que
consideraba indispensable, si queremos estar a la altura de
las circunstancias, que trabajemos juntos para alcanzar el
consenso educativo absolutamente necesario para el
desarrollo personal, la cohesión social y el progreso de
nuestro país.
Hoy, más que nunca, la educación y la formación son el
elemento vertebrador de la cohesión social y del desarrollo,
de la ciencia y de la innovación, claves para el progreso.
La educación no puede ser más de media docenas de leyes en
treinta años, haciendo y deshaciendo suicidamente lo
realizado, dilapidando esfuerzo, muy lejos, pues, del
anhelado consenso y de una irrenunciable estabilidad.
De no ser así, seguirán resonando para nuestro escarnio las
palabras de Giner de los Ríos (1916), “en esta falta de
consenso de todos los géneros, material y moral, donde el
valor de la educación es tan secundario, y el amor a las
cosas científicas uno de los últimos; donde la escasa
cultura de nuestras clases acomodadas no les permite
interesarse por saber cómo son esas cosas, ni ninguna porque
otros lo averigüen, y donde el hombre opulento y piadoso,
cuando se resuelve servir a la religión con su fortuna, le
da al convento antes que al seminario, no es maravilla que
el nivel medio de nuestra enseñanza no pueda ser elevado.”
Ahora, se presenta un momento conyuntural, con el PP ganador
de las elecciones del 20-N. Puede que el futuro de la
educación esté en sus manos. Para tal fin, según
informaciones secretas, su programa educativo contará con la
aprobación de todos los grupos políticos (¿?) y, por
consiguiente, habrá un consenso total, incluso aquellos que
tienen lengua propia.
Circula un DECALOGO, que ha merecido el aplauso de todos: 1º
La fijación de unas materias comunes, homogéneo en el
territorio nacional. (Nada hay más perverso que la
fragmentación de conocimientos. Un adecuado, además,
instrumento de cohesión territorial). 2º: La pertinente
socialización de la enseñanza, que ha permitido el acceso a
la educación de la ciudadanía, con la independencia de la
condición social y económica. 3º El establecimiento de la
autoridad y la disciplina de los directores, responsables y
profesores. 4º: La dignificación del profesorado y las
mejoras de sus condiciones laborales. 5º: Poner fin a las
tensiones en la ordenación de las relaciones priva y
concertada. 6º Un esfuerzo económico añadido. Un compromiso
explicitable de los Presupuestos del Estado y de las
Comunidades Autónomas. 7º: La reivindicación de una
menospreciada Formación Profesional. 8º: La modernización de
las técnicas de estudio y el impulso de las nuevas
tecnologías. 9º: La atención a conocimientos básicos, como
lengua –una buena política lingüística-, historia,
matemáticas, ciencias naturales, idiomas (inglés)…10º.-La
sintonía, cada uno dentro de su independencia, referido a la
enseñanza universitaria, entre Universidad y Empresa…
Ha transcurrido algo más de dos años, desde que el Sr.
Gabilondo, saliente Ministro de Educación, que propuso el
PACTO EDUCATIVO, y se marcha sin haber conseguido su
propósito. Peor todavía, las aulas paralizadas, los
enseñantes en la calle, con todo tipo de protestas.
El viejo lema “el que aprende necesita otorgar crédito al
que enseña”, ha sido sustituido, en muchos casos, por la
distancia crítica de los alumnos, de los padres y de las
asociaciones, que reclaman, renuncian y convierten al
enseñante en un presunto culpable. Del crédito otorgado
antes al profesor frente a lo que el hijo dijera, hoy los
padres otorgan crédito incondicional al hijo, convirtiendo
automáticamente al profesor en reo.
Su apoyo y confianza de padres y autoridades ministeriales,
los profesores se sienten sólo e indefensos. Se repliegan a
mínimos, piden permisos para otras actividades, reciben
bajan por depresión, anticipan jubilaciones, y en cuanto
pueden se marchan…
Hay que parar la desenfrenada proliferación de Leyes. En
pocos años, desde la aparición de la EGB (1970), han
aparecido la LODE, LOGSE, LOCE, LOE,…produciendo entre los
educadores un sentimiento de fracaso, por tantos intentos
fallidos, con el consiguiente desperdicio de tiempo y
dinero… Y ahora ¿qué?. En reciente colaboración indiqué que
posiblemente no se imponga la LOCE, la desfenestrada ley del
PP, en su anterior legislatura. En cambio, es posible, que
por no añadir otra más, que con algunos retoques, se siga
con la LOE. Lo que resulte de lo esperado por el reciente
ganador de las elecciones generales, el PP, según
informaciones no contrastadas irá en la línea de conseguir a
corto-medio plazo unos resultados comprables a los de Corea
del Sur y Finlandia, por lo que el fracaso escolar se habrá
reducido al mínimo. El Informe Pisa nos sitúa en los
primeros lugares, saliendo de la permanente instalación del
furgón de cola. Se utilizarán medidas realistas, concretas y
viables.
No más leyes, no remando en la misma dirección. Sin dudas
que el colectivo de enseñantes esperan y desean
fervientemente, así como la propia sociedad española la
necesaria dignificación del docente. Una dignificación que
sólo será plena y efectiva si comporta la restitución de la
autoridad de la que el enseñante -maestro y profesor- había
gozado en otro tiempo, sin la que cualquier labor pedagógica
carece de sentido. ¡Y una remuneración económica de acuerdo
con su categórica laboral!.
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