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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / SNIPER

Marruecos, los dos gobiernos y la calle
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Un “orbayu” continuo y persistente cae sobre Rabat, limpiando las calles y regando los jardines, mientras en las inmediaciones de la capital del Reino (La Mamora) el Consejo Nacional del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), presidido por Saad Eddin El Othmani, se reunía ayer sábado a puerta cerrada. En un apretado orden del día, el partido de la Lámpara pasará revista a sus compromisos en la nueva coalición gubernamental así como a la lista definitiva de sus ministros, que se harán cargo sin duda de todos los carteras de contenido social (Salud, Educación, Vivienda, Empleo, Familia, Cultura, Juventud y Deportes…), “esas no son negociables me aseguran”, así como del ministerio de Finanzas, la madre de todos los ministerios. También podrían comentarse lo que será una de las puntas de lanza de su modelo económico, la introducción de la banca y productos financieros islámicos para los que ya se han llevado a cabo conversaciones con países del Golfo, como Qatar.

Supongo que el ex Primer ministro saliente, el istiqlalí Abbas El Fassi, aun estará rumiando el sofoco que le supuso la noche del viernes sobre las 21.00 locales frente a la sede rabatí del PJD, el zarandeo y blocaje de su coche por una decena de indignados en paro solucionado gracias a la contundente intervención, entre gritos y sollozos, de un pelotón de antidisturbios que dejaron dos heridos sobre el asfalto. Abdelilah Benkirán, con su tradicional camisa abierta (supongo que habrá vuelto a ponerse la corbata en su discreto encuentro con Mohamed VI el pasado miércoles, sobre el que no suelta prenda), se mantuvo en su sitio locuaz y didáctico junto al lado de un serio Nabil Benabdallah, líder del PPS y, sin perder un ápice de su habitual talante, aun bromeó abiertamente conmigo cuando tuve oportunidad de saludarle con un apretón de manos y los tradicionales besos en la mejilla: “¡Ah, mirad al amigo español, todos somos ya barbudos!”, explicó a la abigarrada concurrencia. Eso en mi tierra se llama “barrer para casa”. Supongo que, por comparar, al cauto y reservado Rajoy ni por asomo se le hubiera ocurrido ésta espontánea salida, claro que no conozco al presidente de España pero sí trato desde hace años a Benkirán.

En este “laboratorio” con visos de pasar a la historia en el que se ha convertido nuestro vecino del Sur, tres son los poderes de hecho que compiten soterradamente por llevar las riendas, mientras tras la implosión de la Kutla (Bloque Democrático) se articulan nuevos polos políticos: Palacio se mueve rápido y sin complejos, reforzando el Gabinete Real y atrincherándose virtualmente, los islamistas parlamentarios del PJD se arremangan tras su rotunda victorial electoral aprestándose con entusiasmo a la gestión “para solucionar fundamentalmente los problemas del día a día de los marroquíes” y la calle, en efervescencia desde el 20 de febrero, se mantiene a la expectativa con la sorprendente tregua que parecen haber concedido los islamistas de “Justicia y Espiritualidad” (la parlanchina Nadia Yasin no dice ni esta boca es mía), tras la que podría esconderse un trascendental encuentro postelectoral del persuasivo embajador norteamericano, Samuel Kaplan, con el octogenario jeque fundador de la Yamaâ. En cualquier caso parece que se perfila un ejecutivo bicéfalo: el gobierno oficial de Benkirán, notablemente implementado en sus atribuciones con la nueva Constitución en vigor y el gobierno paralelo de Su Majestad, cuyo papel tras la aplicación de la actual Carta Magna según analistas como Mohamed Tozy sigue siendo “prominente pero no dominante”, lo que no ha impedido a Mohamed VI ejercer abiertamente su soberanía nombrando el 16 de diciembre a veintiocho embajadores que, constitucionalmente, deberían haber sido sancionados por el Parlamento. En fin, como ya saben “más corre el galgo que el mastín…”. Claro que “si el camino es largo, más corre el mastín que el galgo”. Y esto va para rato. Mañana lunes, por cierto, abre sus puertas el nuevo Parlamento. Algo les contaré. Visto
 

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