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sociedad - DOMINGO, 18 DE DICIEMBRE DE 2011


Manuel Amador y sus compañeros. cedida.

 reportaje / MONTAÑISMO
 

Coronar el Kilimanjaro,
un reto cumplido

Después de ocho meses de reposo obligado por enfermedad, Manuel Amador ha viajado
a Tanzania para cumplir un objetivo, alcanzar
la cumbre más alta de África y desplegar en ella las banderas de Ceuta y de España
 

CEUTA
Virginia Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Para Manuel Amador coronar la cima del Kilimanjaro era una tarea pendiente. En 2009, una expedición del Club Anyera partió hacia Tanzania para subir al techo de África pero, por razones labores, él tuvo que dejar a última hora el grupo. Ahora dos años después y tras superar un cáncer de riñón, era el momento para acometer un viaje que califica de “gratificante y emocionante”.

Junto a ocho personas, a las que Manuel no conoció hasta llegar a los pies del Kilimanjaro, este ceutí emprendió a principios de diciembre lo que para él se había convertido en “un reto”. Después de estar casi ocho meses sin hacer “absolutamente nada de deporte por prescripción médica”, este montañero emprendió los seis días de ascenso al Kilimanjaro, en los que pasó de una selva cerrada a las zonas rocosas de la mayor montaña del continente africano. Cada jornada, el grupo avanzaba para luego retroceder un poco e ir aclimantándose y evitar el mal de altura, que durante su estancia le costó la vida a un británico que estaba ascendiendo junto a sus hijos.

El último día, después de comer, el grupo se fue a dormir. Una misión casi imposible con los nervios de alcanzar el punto más alto a flor de piel, el Uhuru Peak. Justo a medianoche, los nueve españoles iniciaron el trayecto que duraría siete horas antes de coronar la cima del Kilimanjaro.

Una vez arriba, Manuel desplegó una bandera de sus “dos patrias, la española y la caballa”, con la que inmortalizó el momento junto a los ocho compañeros que durante esos días se convirtieron en una “gran familia”. Una vez arriba, “es impresionante lo que se ve”, recuerda Manuel, para quien este viaje fue “muy emocionante” por el ascenso, pero también por cumplir lo que se había convertido en un reto personal, ya que la altura hacía que su único riñón tuviera que trabajar el doble. Pero la buena experiencia, le ha llevado a estar buscando su próximo reto y ya piensa en qué pisco coronar el próximo año.
 

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