Se pone caliente la situación y
eso que estamos tocando el principio del invierno, pero
cuando dos personajes empiezan a actuar “por lo bajuno”,
como es el caso propio de él, de Aróstegui y le sigue
“tocando las castañuelas” su colega de coalición, Mohamed
Alí, mucho me temo que ha comenzado una verdadera guerra sin
cuartel, y eso no les va a beneficiar, especialmente, a
ellos.
Lo de Aróstegui, cualquiera que sea la parcela que toque, es
algo que viene de lejos, la chulería de Mohamed Alí acaba de
aparecer y estoy convencido de que, o cambia el ritmo, o va
directamente a la ruina política que es lo que está
buscando.
Ahora, la guerra de estos dos sujetos va frente a la
televisión pública de Ceuta, RTVCE y tras las críticas de
Árostegui, mejor fuera, aparece el portavoz de Caballas,
Mohamed Alí con una petenera más fuerte:”No sólo no pido
disculpas, sino que confirmo las palabras de Aróstegui”.
Imposible ser más chulo.
Y parece que los dos “caminantes solitarios” van como el
caballo de Atila, arrasando todo lo que pisan, porque no se
conforman con ir en contra de RTVCE, sino que, “de una
tacada”, también, quieren hacer tabla rasa contra los
seguidores de la AD Ceuta.
En cualquier lugar serio, a estos dos sujetos no se les
permitiría salir a la calle y menos pertenecer a un
organismo público, aquí, sin embargo, vale todo y son
capaces de chulearse por encima de la RTVCE, por encima de
la afición al fútbol, por encima de otros medios de
comunicación y, si se lo proponen, por encima de la
mismísima Ciudad Autónoma. Malejos chuflas.
Y han perdido tanto los papeles que incluso ha llegado el
momento de que al sindicalista Aróstegui otros partidos le
recriminen, no tanto las palabras huecas que pronuncia,
cuanto la base de esas mismas palabras.
En un comunicado de UGT y CSI.F se dice:” Aróstegui debe
dimitir del Consejo de Administración de RTVCE tras su acto
vil y repugnante contra los trabajadores”.
Me quedo con lo de repugnante, como máxima nota de todo lo
que toca Aróstegui, y es que ya no se trata de opiniones
periodísticas, son sus mismos colegas de otros sindicatos
quienes le dicen que todo aquello que él toca huele mal,
repugna, como empieza a repugnar el propio Aróstegui.
Y sigue el comunicado de los sindicatos, en estos
términos:”No tiene sentido que un señor que quiere ´reventar`
a los empleados ostente función alguna en su órgano
administrativo”, para terminar con un mensaje que el
desvergonzado de Aróstegui no recogerá:”Queda inhabilitado
en su labor como secretario general de CCOO”.
Duro y sincero el comunicado que una persona con principios
y con dignidad lo tendría en cuenta, pero hablar de
Aróstegui y de principios es como comparar el Polo Norte con
el Ecuador, o asemejar a Dios con la delincuencia
organizada.
Desconozco el trabajo en la programación de la televisión
oficial de Ceuta, porque no soy persona que vea mucha
televisión, a diario, pero lo que no puede hacer cualquiera
que se tilda de defensor de los trabajadores, como
sindicalista, es atacar, precisamente, él a los propios
trabajadores. No tiene vergüenza, ni sentido común.
Aróstegui es un insensato, es un geta, un cara dura y una
mala persona, no un mal sindicalista, es una mala persona,
que únicamente mira por él. Es el clásico tonto-listo, que
va buscando, únicamente, el “to-pa-mí”. La pena es que uno
que parecía sensato se haya unido a él y le esté ganando en
insensatez. Vaya par de getas.
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