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ACTUALIDAD - JUEVES, 15 DE DICIEMBRE DE 2011


Jesús Maeztu. reduan.

COMISIÓN POLÍTICA DEL PRÍNCIPE
 

Maeztu cree posible, aunque “lenta”, la cohesión del Príncipe con la ciudad

El Comisionado andaluz para las ‘3.000 viviendas’ considera que el trabajo se ha puesto en marcha en Ceuta porque hay “voluntad política”, pero que debe partirse de un plan nuevo

CEUTA
T. Crespo
ceuta
@elpueblodeceuta.com

El comisionado de la Junta de Andalucía en las ‘3.000 viviendas’, el Polígono Sur sevillano, compartió ayer su experiencia con los miembros de la Comisión política para el Príncipe. Voluntad política, unanimidad de los partidos e implicación de los vecinos son algunas de sus claves para normalizar la barriada, un proceso “lento”.

“Si esto es un plan nuevo, con todo el apoyo político y se acierta con un equipo básico y con una persona que piense para el Príncipe y que tenga la suficiente autoridad moral y experiencia, el proceso de cohesión social con la ciudad se puede dar, sabiendo que es un proceso lento”. Esta fue la conclusión del comisionado del Polígono Sur de Sevilla, Jesús Maeztu, tras la larga reunión -de tres horas y que obligó a retrasar la comisión técnica- mantenida ayer en el Palacio de la Asamblea sobre el Plan Integral del Príncipe. Esta primera comisión, la de carácter político, está conformada por todos los Grupos de la Asamblea.

Sobre el terreno

Maeztu explicó que el debate había sido “en profundidad, bastante completo” y que su intervención fue para hacer una “aproximación” de lo que vio el día anterior en el barrio ceutí y sobre la base de que no se puede hacer ningún plan que no esté “diagnosticado en el propio territorio”.

El comisionado subrayó que no hay ningún plan igual a otro “ni los planes se hacen en una sala”, y como ejemplo, explicó que el del Polígono Sur se elaboró en año y medio, con la participación de 4.000 vecinos en 80 talleres, y además “se ha ido modificando”. A su modo de ver es necesario “patearse el barrio, en silencio, viendo, durante meses” para tener un diagnóstico.

Como puntos en común entre el Polígono Sur, habitado por unas 50.000 personas, la mayoría, de etnia gitana distribuidas en seis barrios, y la ceutí, de población musulmana y con unos 12.000 vecinos, y en general, como problemas de “todos los barrios desfavorecidos”, Maeztu citó el fracaso escolar, la precarización en el empleo, inseguridad ciudadana, adicciones, venta de droga, criminalización o el alejamiento de la ciudad. Entre los aspectos positivos que encontró en su visita previa al Príncipe, el comisionado de la Junta de Andalucía mencionó su limpieza, el hecho de que no esté constituido por bloques de viviendas, sino por “casitas”. Maeztu considera que en el Príncipe hay que crear “equipamientos”.

Basándose en su experiencia “de 20 años”, el comisionado de las ‘3.000 viviendas’, aseguró que los planes de integración de estos barrios necesitan “tiempo, 15 o 20 años cuando es proceso social y cambio urbanístico”.

Otro de los pilares de un plan integral es para Maeztu, “la implicación de los vecinos”, pues “los políticos pueden ayudar a que el Príncipe se normalice, pero si no sale de dentro de la barriada, nunca saldrá de la marginación”.
 


El comisionado ve en Ceuta “una voluntad política clara”

Maeztu ha observado en Ceuta “una voluntad política clara” de que el Príncipe deje de ser un gueto, “el cuarto trastero de la ciudad”, como él define a los barrios desfavorecidos o sin cohesión con el resto. El comisionado explicó que el cambio social en barriadas marginales es “muy lento”, pues supone “meter salud, empleo, educación, etcétera”. A su entender, ningún servicio puede ir a este tipo de barriadas solo, “porque nunca lo arreglará, y no puede ir nunca de la mano de un partido solo, pues ya se encargarán los otros de que eso se pare, por afán de protagonismo o lo que sea”.

En este sentido, Maeztu insistió en que “es una responsabilidad política que en una ciudad haya un barrio que no esté integrado”. “La responsabilidad política es recuperar su dignidad y hacerlos normalizados como los demás, donde habrá los robos que haya en otros sitios pero no el antro de inseguridad que pueda haber en uno periférico de estos, en un gueto”.

Es importante para Maeztu que haya “un planteamiento no partidario”, con una voluntad política “unánime” que se traduzca en la creación de una figura como la que él representa desde el Comisionado sevillano, “que piense para la barriada y tenga un rol político importante, es decir, que esté muy unido a la voluntad política, que decide los recursos, decide todo”. A él debe sumarse un “equipo motor” que sepa “coser” todas las políticas, con un modelo de gestión.
 


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