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OPINIÓN - SÁBADO, 10 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Traspaso de poderes
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

¿Y de las cuentas reales, también?. Sería lo necesario, para que quienes se hacen, ahora, con las riendas, puedan actuar y sepan, desde el primer momento, lo que hay, lo que se debe y lo que no se puede hacer.

Y mientras tanto, parece que ha vuelto el talante de Zapatero, ya en sus últimas horas como presidente del Gobierno, tras más de siete años y medio, en los que el talante dio paso al sectarismo, una vez asentados en el poder.

De muchas cosas tendría que rendir cuentas Zapatero, en las horas de los traspasos de poderes, pero aquí, como en todos los momentos anteriores, se preferirá correr un tupido velo, echar tierra sobre todos los disparates y seguir hacia delante, para no establecer unas reglas de juego que un día, en el futuro, se puedan volver en contra de todos los que ahora estén tirando de la manta.

Al PP no le va a quedar una herencia muy positiva y saneada, y ellos lo deben saber perfectamente, tras haber tenido que soportar, en la oposición, los gobiernos más indecentes de todo el largo período democrático, tras la muerte del Generalísimo Franco.

Ahora, Mariano Rajoy recibe como herencia para administrarla o ponerla en orden, todo el activo tóxico que le remitirán los negociadores en el traspaso de poderes, y con ese activo tóxico ya veremos qué es lo que se puede hacer, porque el mismísimo Mariano Rajoy, por muchas ganas que tenga de hacerlo todo bien, o muy bien, lo que no va a poder hacer es dar lecciones de fontanería a Noé, por ejemplo.

Mariano Rajoy tendrá que administrar todo lo que le trasmiten de la crisis, incluso los perfiles más siniestros de ella que, ni siquiera Rubalcaba se atrevió a negar, en la campaña electoral.

Solvencia frente a la insolvencia pasada, es lo primero que tendrá que administrar Mariano Rajoy, quien recibirá como aguinaldo un Gobierno envenenado por los despilfarros y el sectarismo de quienes gobernaron, o intentaron gobernar con unas artes nada correctas, durante los últimos casi ocho años.

El propio Zapatero no ha tenido, ni siquiera, el más mínimo rubor, cuando las elecciones ya las tenían perdidas, de ocultar que él fue el máximo responsable de la situación, y es bueno que haya reconocido esto, para que no comience, de aquí a tres meses, a azuzar a su sucesor, cuando las cosas, todavía, no se hayan puesto en orden.

Él ha sido, es y será tenido como el máximo culpable, con lo que aquí la presunción de inocencia no os debe llevar a la negación de la auténtica evidencia de lo que hay y que nos lo deja él.

Los pasos, dicen todos, se van dando en orden, pero yo no me termino de creer, acostumbrados como estamos a tantas mentiras, desde los que gobernaron en estos casi últimos ocho años, que vaya a ser, precisamente ahora, cuando actúen con sinceridad.

Ni lo creo, ni lo van a hacer, con lo que ya pueden tener buen cuidado los negociadores del PP para que no les vendan otro tranvía, sin estar puestos, aún, los raíles.

Y tras los poderes traspasados, llegará el momento no de reformar, sino de hacer borrón y cuenta nueva, comenzando por los puestos de seguridad nacional, en los que no debe quedar ni un solo alto cargo de los que están ahora. A Aznar se le colaron muchos, la lección la deben tener bien aprendida desde entonces y Mariano Rajoy no debe caer en una nueva trampa. Qué así sea.
 

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