PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - JUEVES, 8
DE DICIEMBRE DE 2011 |
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OPINIÓN / ANALISIS |
La “semana negra” de Ceuta
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Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Por supuesto que no. Ceuta, le
pese a quien le pese y le escueza a quien le escueza, no es
una ciudad segura, sino “muy” segura. Tan sólo tendríamos
que tirar de estadísticas de delitos cometidos en otras
ciudades y compararlo con los hechos delictivos de aquí. Y
no en plan “anécdota” sino barajando la realidad de que en
la práctica totalidad de nuestra geografía los ciudadanos
muestran mucha cautela a salir solos por la noche porque los
robos y los atracos son el pan nuestro de cada día. Por algo
será que en Barcelona circula una “Guía de robos” donde se
trata de alertar a la población y a los visitantes de las
muchas “zonas calientes” donde actúan las mafias importadas,
allí carteristas, allá descuideros, acullá tironeros y un
poco más a la derecha los atracadores y de forma general
para no discriminar, quienes asaltan domicilios habitados
con terrible violencia, los atracadores de joyerías y los
aluniceros especializados en comercios, más los ladrones de
cobre ¿Y las cifras de las víctimas de la violencia de
género?.
Pero esta semana ha sido especialmente “negra” en lo
relativo a páginas de sucesos. Para la prensa nacional la
especie de guerrilla urbana que se trae un grupo de
delincuentes del Príncipe no es noticia, de hecho cualquier
incidente en cualquier enclave conflictivo de la Península
tiene mucho más movimiento, se salda con más detenciones
(aquí ni una detención) y es infinitamente más violento que
lo que aquí acontece y además en muchas operaciones
policiales, cuando van a irrumpir con las mazas y tumbando
las puertas a detener a una mafia de trata de blancas
nigeriana, a unos atracadores kosovares o a poner patas
arriba un poblado chabolista que ejerce de supermercado de
la droga, bien los agentes van acompañados por las cámaras
de televisión de los reporteros de “a fondo” bien graban
ellos mismos, porque cuando aparecen en televisión las
imágenes de los Geos escaleras arriba con los cascos y luego
los tipos esposados resulta bastante disuasorio. Y, cosa
rara, nadie sale quejándose, ni los vecinos, ni los
transeúntes, porque todos tenemos asumido que la
delincuencia es un problema y que hay que erradicarla aunque
conlleve algunas molestias y no pocos sobresaltos. Pero a
quien algo quiere (neutralizar a los delincuentes) algo le
cuesta (sobresaltarse). ¿Ven que curioso? Cuando detienen a
mafias rumanas y se arma la mundial luego no salen los
rumanos hablando de que delinquen porque son “humillados” y
se encuentran viviendo en chabolas de techos de uralita y
sin luz ni agua, comidos de piojos y mordidos por las ratas.
Aquí en Ceuta la gente tiene más sensibilidad y la actuación
policial que sería “una pamplina” es una tragedia y
traumatiza mucho, de hecho se está planteando que cuando la
policía sea atacada lo más adecuado sería que fueran siempre
acompañados de psicólogos para tratar de “disuadir” a los
malos y que en lugar de bolas de goma deberían llevar flores
y confetti.
Pero además del amago de guerrilla urbana del Príncipe, la
muerte de la joven Laura ha supuesto y con razón, una
conmoción considerable para todos los ciudadanos, por la
edad de la víctima, por la falta de noticias reales ya que
el secreto de sumario no hace más que sumar incógnitas y
multiplicar las versiones, por la brutalidad que se presume,
por las circunstancias personales de la propia Laura que, al
parecer, se iba a casar. Una vida truncada es siempre una
tragedia. Pero el detalle que siempre recordaré fue en la
noche del martes, el padre de la niña sentado en un banco de
un pasillo de la comisaría sollozando de forma desgarradora
mientras que otros familiares se encontraban en la puerta.
Creo que esta ciudad va a tardar mucho en superar este
impacto tan despiadado y la obligación de informar hace que
los medios no puedan dejar de insistir en un tema tan
doloroso y hacer un “pacto de silencio”. No es posible, en
algún momento será alzado el secreto, trascenderán detalles
y declaraciones, resultado de la autopsia, nombres de los
abogados y apertura del juicio oral más el escrito de
acusación del Ministerio Fiscal y de la acusación particular
y la defensa, más el propio acto del juicio oral, porque los
grandes pecados tienen largas sombras y este va a tenerlas
inmensas...
Tan inmensas como han de ser las consecuencias en años de
prisión para la presumible banda de criminales que han hecho
del incendio su “modus operandi” con cinco vehículos
quemados de forma casi simultánea, con el agravante de que
ya no vacilan en incendiar en el interior de edificios
habitados con el consiguiente riesgo real de explosiones de
los tanques de gasolina e incendio de las viviendas. Al
estar barajando penas de quince años de prisión no se puede
en modo alguno hablar con lengua de trapo de “actos
incívicos” sino de delitos graves que llevan aparejadas
penas igualmente graves y que son llevados a cabo por
criminales, sean de la edad que sean. Y ante la evidencia de
que en ninguna ciudad del mundo puede ponerse a un policía
en cada esquina, debería considerarse como algo prioritario
la instalación de cámaras de videovigilancia que son un
instrumento de gran utilidad para los investigadores. Aunque
tanto en el caso de los delincuentes que atentan en el
Príncipe contra las fuerzas de seguridad como en el de los
criminales incendiarios, nos consta que bastarían un par de
detenciones de cada uno de los contingentes de delincuentes
y su ingreso en prisión más un rápido traslado no a
Botafuegos, sino a un Centro Penitenciario muy reputado por
sus políticas educativas como es el Acebuche almeriense al
que las malas lenguas definen como “el peor de España” para
que las bandas se desarticularan y dejaran de actuar. Los
delincuentes que suelen presentar siempre idénticos perfiles
psicológicos, a saber:
1º Les fortalece la sensación de impunidad por la falta de
detenciones tras cada acción delictiva.
2º Permanecen con la sensación latente de impunidad hasta el
momento en el que comienzan a ser detenidos, puestos a
disposición judicial y enviados a prisión, a partir de ahí
comienzan a sentirse inseguros.
3º. Odian y temen la privación de libertad, aunque “entre
colegas” el trago es menos amargo.
4º. Y la primera opción para no encontrarse en una situación
tan poco favorable es tomar la decisión de no delinquir.
Pero aún sin superar la indignación ante el vandalismo, los
atentados, los incendios ni el shock del crimen de Laura,
viene a unirse un tema igualmente espantoso de ser cierto,
que es la detención de un presunto pedófilo, rodeado todo
ello de un agobiante tinte de tragedia. Y del horror
indescriptible que causa en la sociedad el que pueda haberse
perpetrado el único delito que ni la sociedad ni los propios
presos, jamás perdonan que son los abusos a un niño. El
delito más abominable del Código Penal por la vulnerabilidad
y la indefensión de la víctima. El tipo de acción criminal
que hace actuar a la temible “justicia taleguera” y que
supone una doble condena caso de ser el delincuente culpable
ya que a la privación de libertad se une el hecho de que
tiene que purgar una larga condena totalmente aislado y en
módulo de aislamiento para librarse de la venganza del resto
de los reclusos que, a la corta o a la larga, siempre acaba
alcanzando.
Al estar en un Estado de Derecho nuestro deber es hablar de
“presunción” pero en este caso y por respeto a la ciudadanía
sí puede rogarse a las fuerzas policiales la máxima
diligencia que, por otra parte no es necesaria solicitar ya
que todos tenemos constancia de la operatividad policial en
Ceuta y eso es algo reconocido a nivel nacional, pero por
ser “lo que es o puede ser” y alcanzarnos a todos y por las
derivaciones del tema, sí procede rogar celeridad en la
investigación y sobre todo, salvaguardando la intimidad de
la víctima, información puntual para que la ciudadanía pueda
exhalar ya que durante toda esta semana, día a día, hemos
estado conteniendo el aliento.
Pese a todo Ceuta es una ciudad segura. Pero lo será más
cuando detengan a los delincuentes que atentaron contra la
policía y a los criminales que ponen en peligro vidas
humanas incendiando coches, cuando podamos ser informados de
las circunstancias de la muerte de la joven Laura y de la
calificación del delito y cuando sepamos si han existido
abusos o no.
¿Y de quien va a depender que aumente nuestra sensación de
seguridad? Pues de cómo manejen las tres situaciones la
Jefatura Superior de Policía, la Fiscalía y los Jueces
Instructores: en sus manos estamos. Y lo que es más
importante, tienen nuestra confianza total.
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En el Día Internacional de
los Derechos Humanos |
Un mundo en el que todos los
países cumplieran a rajatabla los principios que se recogen
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos sería
poco menos que un paraíso donde no existirían ni las
guerras, ni la pobreza, ni las desigualdades entre países,
ni las naciones gobernadas por tiranos. Pero el mundo es
cómo es y no se trata en absoluto de un lugar idílico, sino
de un permanente marco de conflictos y de insalvables
abismos entre países bien gestionados y mal gestionados.
Podría decirse que en ningún lugar se cumplen a rajatabla
los dictámenes de esta Declaración Universal, porque hasta
en los países más prósperos y con mayor nivel de libertades
existe una parte de la población que vive con más
dificultades que el resto, por más que en los regímenes de
tradición democrática se trate por todos los medios de que
el bienestar alcance a toda la ciudadanía. Y también en esos
mismos países se potencia tanto la educación en valores como
la plena conciencia de los derechos y libertades del ser
humano como miembro activo de la sociedad.
Pero ¿En cuantas naciones se respetan íntegramente los
Derechos Humanos? Realmente en pocas, aunque al menos,
testimonialmente todos los gobernantes se apresuren a estar
presentes en cuanta Convención Internacional se tercie y a
suscribir cuanto Tratado le pongan por delante por tal de
preservar cierta imagen. Pero en las listas anuales de
Amnistía Internacional una y otra vez se suceden los
regímenes políticos en los que se vulneran todos y cada uno
de los derechos más básicos del individuo. Parece que las
libertades de expresión, opinión e información son una
exclusiva del mundo occidental y se encuentran férreamente
amordazada en la mayor parte de los países del Tercer Mundo
en los que se alternan regímenes dictatoriales de distinto
pelaje y de diversos signos. Periodistas encarcelados,
medios de información clausurados y una política informativa
bajo el control gubernamental que utiliza todos los
mecanismos coercitivos del sistema para acallar voces
discordantes, mientras que la libertad de prensa es una
entelequia y un imposible. ¿Y quien o quienes pueden aspirar
a conseguir derechos y libertades en regímenes que practican
la “mordaza” a los medios? Pues lo cierto es que,
globalmente, la libertad y la justicia son anhelos que unen
a todos los hombres y mujeres del planeta y tal vez por eso
los impresionantes logros y avances tecnológicos que se han
venido dando en Occidente y la irrupción de Internet en el
mundo de las comunicaciones puedan suponer el principio del
fin de los regímenes opresores. Como claro ejemplo el de la
Primavera Árabe que se fraguó a través de la red ya que de
otra forma hubiera sido prácticamente imposible al requerir
una organización y unas infraestructuras que no pueden
conseguirse en países donde no existen las libertades.
A nivel propagación de ideas y de aspiraciones de libertad y
democracia, Internet es el principal enemigo de los
regímenes opresores, por más que traten de controlar las
comunicaciones, los mensajes vuelan por las redes y hacen
prácticamente imposible el que lo que sucede en cualquier
lugar del planeta no trascienda, siempre hay un teléfono
móvil para dar testimonio de la represión, de la violencia o
de la conculcación de los derechos y las libertades. Así la
divulgación de las ideas no puede ser controlada y
atendiendo a las nuevas realidades los llamados “Derechos
Humanos del siglo XXI” en forma de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos Emergentes suscrita el 2 de
noviembre del año 2007 en el Foro de Monterrey (Méjico) es
una respuesta a las nuevas maneras de encarar los retos que
conlleva el hacer realidad el que esos Derechos Humanos que
constituyen un bien común de la Humanidad y que son
patrimonio espiritual e intelectual de todos, se respeten
con carácter obligatorio y vinculante.
El concepto de “Derechos Humanos Emergentes” puede parecer
algo chocante, pero en absoluto discrepa ni en el fondo ni
en el espíritu de aquellos otros que se promulgaron en 1948,
sino que por el contrario tratan de adecuarlos a los
problemas reales del siglo en que vivimos y trascender del
hecho de que sean los Gobiernos de los países quienes
controlen su cumplimiento ya que de lo que se trata es de
dar voz real a la sociedad civil y a las organizaciones que
luchan arduamente por la defensa de las libertades en el
mundo entero. Puede alegarse que ya los Derechos Humanos
primigenios y básicos de 1948 y por mucho tiempo que haya
transcurrido, no han conseguido cumplirse en su totalidad y
que en la mayor parte de los países lo reflejado en la
primera Declaración brilla por su ausencia por culpa de los
propios Gobiernos. Y es precisamente porque el primer y más
terrible problema de infinidad de naciones sean sus propios
gobernantes, por lo que los nuevos Derechos Humanos prioriza
el papel de la sociedad civil que ya ha demostrado que es
capaz de movilizarse y de levantarse contra la opresión.
No hay espacio en este análisis para ir analizando una por
una las vulneraciones sistemáticas de derechos elementales
del individuo en los diferentes países, por más que los
organismos internacionales como UNICEF o la UNESCO traten de
llegar hasta donde “les dejen” y los esforzados miembros de
Amnistía Internacional traten de luchar contra las torturas
por el método de enviar cartas a sátrapas y dictadores y
denunciando a nivel internacional a los países que vulneran
los Derechos Humanos, a veces las campañas internacionales
contra las lapidaciones o las ejecuciones más cruentas hacen
rectificar a algunos regímenes, pero eso es una gota de agua
en un océano de transgresiones y vulneraciones
generalizadas. Aunque algo es algo, “algo” es menos que
“nada” y tenemos la suerte de que las nuevas generaciones,
que han mamado libertades desde la cuna, seguramente serán
capaces de conseguir mucho más de lo conseguido por sus
padres y los hijos de los niños de hoy infinitamente más.
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Navidad madrileña de 1979
en Silva 23 |
Cada año, por estas fechas, suelo
recordar otras Navidades en plan comparativo y esa es una
costumbre que compartimos los padres de vástagos ya
zagalones que de alguna manera añoramos cuando teníamos que
ir a introducir en el buzón del Cartero Real, delegado por
Sus Majestades los Reyes para recoger las cartas de los
niños de cada ciudad, las cartas laboriosamente redactadas
por nuestros hijos, que solían tener la sana costumbre de
“pedirlo todo” lo que significaba la práctica totalidad del
catálogo de juguetes de El Corte Inglés. Pero ¿Y la ilusión
de la noche de Reyes cuando se dejaban los zapatos junto al
árbol, la ventana entreabierta y el plato de polvorones, las
tres copas de anís para los Magos y la palangana con agua
para que se refrescaran los camellos?. Buenos años.
Pero en las Navidades de 1979 servidora de ustedes aún no
tenía cargas familiares y ya abogado hacía las Prácticas
Jurídicas de la Complutense en la Escuela de la calle
Amaniel, a un tiro de piedra del hostal Mágerit que se
encontraba en Gran Vía-Plaza de España, donde residía y a
otro tiro de piedra de nuestra sede de la calle Silva 23,
una estrecha perpendicular a la Gran Vía donde se encontraba
Alianza Popular ocupando un cochambroso bloque justo a la
vera de un economato militar donde podíamos comprar quienes
trabajábamos allí porque los militares eran muy humanitarios
y sabían lo regular que nos iban las cosas.
¿Que quienes estábamos en aquellos momentos amargos de AP?
Pues Manuel Fraga, don Manuel, con su sempiterno loden verde
un poco raído y que por recomendación expresa de mi madre no
hacía más que reñirme cada vez que topaba conmigo por un
pasillo. También cultivando sus ambiciones estaba el
entonces delfín Jorge Verstrynge que era el secretario
general y que iba de filósofo “Nouvelle droite” porque leía
a Alain de Benoist en francés ya que Jorge había nacido en
Tánger y se ponía muchos moños, yo, que había nacido en
Nador, estudiado en francés y que encima , entre mis
funciones tenía la de traducir los libros al español, con la
diferencia de que él tenía un sueldo y yo “algún detalle”,
no me ponía moños ni moñas sino que estaba en un despachito
con una mesa, una silla y una olivetti ¡un frío! escribe que
te escribe para Javier Carabias o para Fernando Suárez “el
de la barba” porque había otro Fernando Suárez sin barba y
también colaboraba con mi amiguísima Mabel Lozano que
llevaba “pueblos” y vivía casi al lado de la sede, Gran Vía
abajo, en la calle Clavel .
Y por Navidad, en aquel feo edificio (los medios no daban
para más) montamos un árbol y un nacimiento que alguien se
trajo de su casa y compramos dulces navideños para celebrar
el que era el año 1979 y nos estaban “dando” por la
izquierda y por la derecha, a parte de salir escaldados del
invento de Don Manuel de Coalición Democrática un partido
con Areilza y Osorio que fue un fracaso electoral de los que
levantan ronchas y donde mi madre se presentó para el senado
por Málaga. Pero otro día les contaré los detalles de cómo
se fraguaron aquellas elecciones malagueñas donde los
paganinis eran el puñado de afiliados de AP y en las que yo
trabajé en Granada que era donde acababa Derecho y donde
todos se las prometían muy felices ya que el número uno para
el Congreso era el ex General de la Guardia Civil Manuel
Prieto, héroe de la lucha anti-ETA, pero ni por esas nos
votaron, de hecho para mí que no nos votaron en Granada ni
las viudas de los Guardias Civiles.
Afortunadamente no fueron campañas caras porque no se
manejaban medios, pero algunos dineros costaron, tanto la de
Málaga como la de Granada. Y nadie nos quería ayudar. De
hecho tras el chasco de Coalición Democrática “merece un
voto más” (así decía la cancioncilla electoral). Don Manuel
pasó un quinario y junto a él tan sólo podía contar con un
puñado de lealtades, lo que era normal ya que todos nos
consideraban perdedores y ya ni se molestaban en meterse con
nosotros ni los comunistas. Pero nunca nos desmoralizamos en
aquel partido ni en aquella sede que era prácticamente
“familiar”, porque estábamos cuatro gatos y medio, más
Verstrynge con su inmenso y estúpido “ego” y que por aquel
entonces oía música “country” para demostrar sus diferencias
intelectuales y su superioridad manifiesta con respecto al
resto que fluctuábamos entre la música celta y la zarzuela
(teníamos vinilos de zarzuelas y nos encantaban las letras,
además eran “muy” españolas en unos tiempos en los que
chirriaba declararse español entre las sombras del felipismo
y la izquierda radical). Entonces acudíamos a muchas mesas
redondas sobre la Educación de Adultos (en mantillas) sobre
Universidad, Sanidad, muchas mesas, muchos foros y la
izquierda arrasando en todos, mientras a nosotros nos
abucheaban y nos decían “fascistas” y otras lindezas, pero
era cosa de acostumbrarse.
¿A que resulta raro el que entonces nadie confiara en Don
Manuel y ahora todos estén subyugados por su legado? ¡Y cómo
hubiera disfrutado el Don Manuel de 1979 y Carmen su mujer
con sus sempiternas gafas de sol, del PP de ahora! Porque el
proyecto de entonces no ha hecho más que evolucionar
conforme al cambio de los tiempos, pero las tripas son las
mismas, sólo que entonces la gente quería “experimentos” que
así salieron y se tuvo que esperar mucho y se tuvo que
demostrar infinitamente más. Salir de Silva 23 fue arduo,
pero ya en aquellas Navidades del 79 cuando le regalamos
entre todos a Don Manuel una bufanda, sabíamos que “algún
día”. Y lo seguimos pensando cuando el día 7 de enero cayó
sobre Madrid una gran nevada y todos salimos a Gran Vía a
disfrutar de los copos y a decir lo de “año de nieves año de
bienes”. Pura premonición, porque los bienes acabaron
llegando y siempre se acaban consiguiendo los logros, tan
sólo hay que tener paciencia y creer firmemente en ellos.
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