Los cinco trabajadores del almacén del Hospital Comarcal que
no fueron subrogados por Eulen ya están trabajando, con un
nuevo contrato, perdiendo la antigüedad y con otras
condiciones laborales que las que tenían con Clece,
perdiendo derechos, según UGT. Han estado unos veinte días
fuera de sus puestos, desde que entrara la nueva empresa,
protagonizando alguna que otra concentración a las puertas
del hospital, como vemos en la imagen. Tras ser contratados
de nuevo, los trabajadores decidirán si se conforman con las
nuevas condiciones o reclaman lo que tenían.
El pasado 18 de noviembre comenzaron las concentraciones a
las puertas del Hospital Comarcal para denunciar el “limbo
laboral” en el que habían quedado cinco trabajadores del
almacén. Estos trabajadores pertenecían a la empresa Clece,
hasta que esta dejó de realizar el servicio en el almacén
del Comarcal, pues fue adjudicado a Eulen, empresa que
empezó a funcionar el día 16. Fue entonces cuando estos
cinco trabajadores acudieron a sus puestos, encontrándose
con que Eulen “no les dejaba entrar”, diciéndole que podían
entrar “si pedían la baja voluntaria en su anterior
empresa”, que significa “pérdida de derechos”, por lo que el
sindicato UGT les recomendó que no lo hicieran.
“Limbo laboral”
Estos trabajadores estaban en una situación de “limbo
laboral” porque Eulen no consideraba que tuviera que
subrogarlos y tampoco tenían despido en sus manos. La
secretaria de acción sindical y salud laboral de UGT, Maite
Molina, hizo un llamamiento al Ingesa para que “contraste
los datos que tiene” y que “rescinda el contrato a Eulen o
que Eulen los contrate”, asegurando que no iban a parar
“estos trabajadores vuelvan a su puesto de trabajo”. De la
misma forma lo hizo saber el secretario general de UGT en
Melilla, Alonso Díaz, el día 22, cuando volvieron a
concentrarse los trabajadores a las puertas del hospital.
Tras veinte días y varias reuniones con el Ingesa, el
sindicato ha llegado a un acuerdo y estos trabajadores han
sido contratados de nuevo, pero “sin respetar la antigüedad”
y “perdiendo algunos derechos”. Empezaron a trabajar, de
nuevo, el pasado viernes. Uno de ellos, “el más jovencito”,
no quiso en un primer momento firmar el contrato, pero,
finalmente, lo hizo ayer, y está trabajando también.
|