Las tiendas de cadenas nacionales fueron las únicas que ayer
abrieron sus puertas al público para aprovechar el primero
de los tres domingos aperturables de diciembre que se han
fijado en el calendario. Aquellos que pasearon por el
Revellín sólo pudieron acceder a unas pocos comercios, todos
ellos de moda, para hacer sus compras.
“Todavía no tenemos la costumbre ni la conciencia de que
para que el comercio suba todos tenemos que poner una
parte”, lamentaba Manuel Doncel, vicepresidente de la Cámara
de Comercio ayer. Para él, la clave está en que todas las
partes implicadas (empresarios, asociaciones y sindicatos)
adquieran conciencia de apertura. “O todos empujamos en la
misma dirección o esto no va a ninguna parte. De nada sirve
que se permita abrir los domingos, cuando no hay una
concienciación de que eso es necesario”, critica este
respresentante del organismo cameral, que además llama a
todos los agentes económicos a que sean parte de la solución
que el comercio de la ciudad necesita.
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