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OPINIÓN - DOMINGO, 4 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

¿Qué Ley nos impondrá el PP?
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

El triunfo electoral del PP, genera dentro de la comunidad educativa, unos enormes deseos de recuperación de la denostada Ley denominada LOCE, de escasa supervivencia.

En el PP se considera – con toda razón- que una de las principales causas del alto fracaso escolar y del bajo rendimiento, detectado en las pruebas internacionales, es la falta de vertebración de nuestro S.E. al estar asentado sobre una base debilitada, endeble, de la que se desgajan 17 modelos diferentes, a veces, incluso excluyentes.

El futuro Gobierno intentará recuperar algo de cohesión territorial, entre otras cosas, en las enseñanzas que reciben los alumnos en el aula para garantizar unos mínimos comunes en todas las escuelas, independientemente de la Comunidad que la gestione.

La LOE, del Gobierno socialista, establece que el Estado fijará unas enseñanzas mínimas, que alcanzarán el 65% de los currículos escolares y, que las Administraciones Autonómicas, diseñarán el 35%, porcentaje que aumenta al 45% en el caso de las Comunidades con Lengua cooficial. Así lo fijaba también la LOGSE y el PP lo mantuvo en su ley educativa de 2002, que repetimos, no llegó a aplicarse en su totalidad, ya que la derogó el PSOE, en 2004.

Al parecer –ligera apreciación- no van a cambiar los porcentajes, pero dentro de las enseñanzas mínimas, que son competencias del Estado, se garantizará que haya contenidos comunes en toda España.

Lo que se hará será concretar los contenidos que deben impartirse en el aula, mucho más de lo que hace la legislación actual: autores, períodos, obras… lo que implicaría, de momento, rehacer los reales decretos de Enseñanzas Mínimas de Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Recientemente, unos días antes de que el PP ganase las elecciones, la Secretaria de Políticas de Igualdad y Educación, puso de manifiesto que “hacen falta fijar currículos comunes para todos” y también se refirió a “establecer igualdad de condiciones” en el acceso a la docencia y en el desarrollo de la carrera docente y en “hacer una misma evaluación censal” a los alumnos de toda España, ya que actualmente es muestral…

Respecto a la carrera docente, su programa dice que impulsarán “la movilidad en todo el territorio nacional de los cuerpos docentes” algo que hoy por hoy, está obstaculizado por las Comunidades con lengua cooficial, que obligan a los docentes a utilizar ésta, y sobre todo por Cataluña, que fija cuerpos docentes diferentes a los que marca la legislación nacional.

¿Una nueva Ley o la LOE reformada? El programa electoral del PP anunciaba una reforma legal que indujo a la Comunidad Educativa a tener una nueva Ley, la séptima en 40 años, en contra, además, de las recomendaciones y las peticiones de estabilidad normativa. Sin embargo, en el seno del partido hay quienes han advertido de la inconveniencia de elaborar una nueva Ley Orgánica, que no tendría problemas en salir adelante en el nuevo Parlamento, con lo que, de nuevo saldrían sin consenso.

Según fuentes “populares”, hay voces que apuntan a que es preferible reformar los aspectos de la ley socialista vigente (LOE), que el PP no comparte, como la estructura del Bachillerato, que el PP quiere ampliar a tres cursos, según contempla el Programa Electoral.

Durante los más de tres lustros de vida democrática, en nuestro país se han sucedido nueve Leyes educativas –además se ha modificado una, la Ley Universitaria, LOU- que poco a poco han ido cambiando el Sistema según el color del partido que gobernara.

Por tal motivo, la proliferación de Leyes no ha hecho sino devaluar el Sistema Educativo Español, a juzgar por la radiografía que de él hacen los informes nacionales e internacionales. Y conviene considerar que la razón del por qué de tantas Leyes está en que todas, sin excepción, se han aprobado sin consenso. Y, conviene recordar, que después de la Ley General de Educación (1970), que estableció como gran novedad la Educación Obligatoria hasta los catorce años, con la democracia llegaron varias leyes: LOGSE, LOCE y LOE.

Y siguiendo con la cronología de los hechos, en los albores de los 90, el PSOE promueve y saca adelante la Ley Orgánica del Ordenamiento General del Sistema Educativo (LOGSE), que amplía la educación obligatoria a los 16 años, sustituyendo a la “emblemática” EGB, por Educación Primaria y Secundaria Obligatoria (ESO) y establece un nuevo bachillerato de dos años (16-18) y una formación Profesional de Grado Medio, a la que se accedía desde la ESO.

Tras quince años de vigencia de la LOGSE, sólo interrumpido por la aplicación durante unos pocos meses de la LOCE, que no era otra cosa que una tentativa seria y bienintencionada de paliar en lo posible, el desastre, que fue liquidado sin contemplaciones por el Gobierno surgido el 14 de Marzo de 2004. De ahí que nos planteemos lo que realmente en nuestro país vale tener un título académico.

Los nostálgicos de la LOCE, sin apenas experimentada, piensan en qué hemos salido perjudicados, teniendo en cuenta las “bondades” de la misma. Por un lado, la filosofía del esfuerzo y excelencia. Se premiaban el mérito y la cultura de los valores para alcanzar los objetivos académicos; por otra parte institucionalizó la repetición de todos los cursos de la ESO: una sola vez, cuando un alumno tuviera más de dos suspensos y por último, instauró la prueba final o reválida como criba para el paso a una escala superior educativa
 

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