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OPINIÓN - SÁBADO, 3 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

En vísperas de la Constitución
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Parece que fue ayer, un día lluvioso, en el que la mayor parte de los españoles iba a votar, casi sin saber qué. Esta es la realidad. Hubo mucha publicidad en todos los medios, especialmente en la que era la primera y única televisión que teníamos entonces, TVE.

Y al final, como no podía ser de otra forma, la Constitución se aprobó en referéndum y días más tarde fue sancionada por S. M. El Rey de España.

Desde entonces, han pasado 33 años, con lo que la Constitución de 1978, ya hace años que ha dejado de ser “una jovencita”, para entrar en su edad de madurez.

Una madurez que la mantiene casi intacta, y digo “casi”, porque salvo un pequeño retoque de hace unos meses, todo lo demás ha seguido igual.

Esto nos demuestra algo, esto nos demuestra que, en su día, se hizo una buena Constitución, gracias a la ingeniería “apartidista” de todos los que intervinieron en su elaboración, más preocupados del bienestar y la unión territorial que de las chapuzas a las que ahora nos tienen acostumbrados los partidos.

No me cabe la menor duda, todos los que intervinieron en la elaboración de la Constitución eran, de verdad, políticos y no profesionales del sueldo que da la política, a más de un desalmado y oportunista.

Y la prueba más fuerte de lo que acabo de decir es que, sin demasiados problemas, se llegaron a entender, a la perfección, nacionalistas, ucedistas, socialistas y comunistas, para concluir, en un tiempo record, una obra que sigue teniendo vigor muchos años después.

Ahora, 33 años después, especialmente, cuando los enfrentamientos partidistas llegan a dar auténtica vergüenza, en muchas de sus actuaciones, lo único que sigue siendo intocable es la Constitución.

Es posible que, a partir de ahora, por necesidades programáticas del futuro, haya que tocar o retocar algún aspecto de la Constitución, pero lo que no creo que vaya a suceder es que nadie intente descuartizarla, mirando por sus únicos intereses.

Hoy por hoy, todavía, los intereses que defiende la Constitución son los intereses de todos los españoles, por igual y de muy poco les sirve, o les va a servir a quienes buscan recovecos secretos en ella para romper el esqueleto de nuestra Carta Magna.

No me extraña, pues, que personas de la categoría política de Esperanza Aguirre, ahora, en vísperas del aniversario del referéndum de la Constitución diga que:” La constitución debe servir de modelo y acicate contra la crisis”. En buen momento ha pronunciado estas palabras, cuando la situación económica y social podría buscar hacer trizas una Constitución que, incluso, en momentos difíciles, como éstos, es la garante de nuestra propia personalidad.

La Constitución dejó atrás ciertos caprichos o prebendas de unos frente al “látigo” que azotaba a otros y “España es hoy, más que nunca una idea de libertad y de prosperidad”, a pesar de estar la economía como está.

Todo esto se puede decir hoy así, porque el logro con el que los españoles, todos los españoles, consiguieron sacar adelante la Constitución fue, verdaderamente, modélico.

El día 6 de diciembre, en ese homenaje de todos a la Constitución, bueno sería que el homenaje se hiciera, conjuntamente, a todos aquellos que fueron el alma de la Carta Magna. Desde aquí, y con sinceridad, nuestro homenaje verdadero a los “padres de la Constitución” de 1978.
 

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