En las Elecciones de la
Administración Local celebradas en fecha de ayer, tres
sindicatos: UGT,CSIF y USO vieron cumplidas sus expectativas
al incrementar tanto el número de votos como su número de
delegados, con la irrupción de USO que consiguió un
representante dentro del funcionariado siendo la primera vez
que se presenta. El mensaje moderado de estas Centrales
Sindicales se ha visto claramente recompensado, mientras que
la otrora todopoderosa Comisiones Obreras va dando
progresivas muestras del severo desgaste al que la somete su
Secretario General, volcado en lides políticas que poco o
nada tienen que ver con el sindicalismo, haciendo sempiterna
gala de especial beligerancia en todos los aspectos y
recibiendo como reacción una destacable fuga de votos que ha
supuesto la pérdida de un delegado en los funcionarios y de
otro en los laborales.
Tenemos referencias creíbles de que la labor de los de
Comisiones para tratar de impedir este descenso y la huida
de votos fieles, ha sido notoria y notable en estos días,
pero con escasos resultados. El sindicato que más destaca es
la moderada UGT que se distancia por arriba de Comisiones
Obreras y se consolida como el sindicato con mayor
representación, mientras que CSIF y USO van acumulando votos
y escalando posiciones.
Resulta significativo que el deterioro de CCOO acontezca
precisamente cuando su Secretario General ha logrado por fin
el ansiado escaño, en un paso del sindicalismo a la política
que podría haberle supuesto un mayor predicamento ya que es
un personaje que “se hace notar” y que siempre va aparejado
a la controversia. Por lo visto la reacción ha sido la
contraria y en lugar de conseguir una mayor popularidad
entre los suyos ha significado e que muchos de los suyos
dejen de apostar por el sindicato al que representa y elijan
otras opciones más profesionalizadas y fiables desde el
punto de vista del sindicalismo. Nada de veleidades
políticas por parte de sus cargos, dedicación a sus tareas y
menos dispersión, porque velar por los intereses de los
trabajadores exige mucha dedicación y no se puede estar al
tiempo en misa y repicando.
Lástima que los buenos elementos con los que cuenta CCOO se
encuentren en una especie de estado de hibernación bajo un
poder monolítico y con escasas posibilidades del lógico
recambio generacional ya que no es saludable eternizarse en
los puestos, pero Juan Luis Aróstegui parece haber ganado la
secretaría por concurso-oposición y con plaza fija e
irrevocable en una especie de contrato blindado con el ente
sindical. Normal que ante la falta de savia nueva y el
deterioro natural de lo antiguo, el mensaje pierda fuelle y
contenido, cada vez cale en menos gente y el resultado se
mida en las urnas. En las de las elecciones de la
Administración Local y en futuras elecciones porque cuando
algo falla por decrepitud es muy difícil que logre recuperar
un buen funcionamiento. La irrupción de Aróstegui en
política, sus continuados enfrentamientos, las fulminaciones
de las que ha hecho víctima a la mayoría de los ciudadanos
de Ceuta y su talante problemático exacerbado cuando se
encuentra ante un micrófono, han motivado una reacción de
rechazo porque la gente necesita que le den esperanza y no
que se la quiten.
Lo interesante a partir de estos momentos será seguir la
trayectoria de CCOO en Ceuta y presenciar cuales son los
resultados y hasta que punto se van desgastando por obra y
gracia de estrategias erróneas que son ajenas a la mayoría
pero que a todos afectan. Por ello la cita de ayer ante las
urnas es significativa: todos suben menos uno que no se
mantiene sino que baja.
El mensaje tiene una lectura muy clara: el tiempo no perdona
y se cosecha lo que se siembra. Y puestos a enjaretar dichos
“Quien siembra vientos recoge tempestades”.
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