No pasa día sin que algo o alguien
nos amenacen.
El acoso y derribo, a que están sometiendo a Europa las
agencias de calificación, no tienen parangón alguno en la
historia moderna
Lo astuto del tema de la deuda, las calificaciones de esas
agencias, etc. tienen un denominador común: vienen de
Inglaterra.
El país de los corsarios “legales”, el país que mantiene sus
sistemas desde el siglo decimonónico, el país que siempre
entra en guerra aliándose con Alemania para luchar contra
Francia; con Francia para luchar contra Alemania; con
Holanda para luchar contra España; con España para luchar
contra Holanda…, ahora con los EE.UU para luchar contra el
euro.
El, país con condiciones estrambóticas de pertenecer a la
Unión Europea, sin tener el euro como moneda, es el que
manda en todas las decisiones de descalificación del mismo.
Se ríen, esos ingleses, por dentro.
Con razón sigue ganándose el apodo de Pérfida Albión, sin
excusas.
Enriquecerse a costa del sudor de los otros, es una
constante de los ingleses desde los tiempos de Colón hasta
los de la ruta del ron y siguen.
Con la entrada del euro y la negativa inglesa a asumirlo, la
libra iba en descenso vertiginoso hasta que encontraron la
panacea en las agencias de calificación. Chiste malo.
El patrón de la moneda, ignoro si sigue vigente, fue o sigue
siendo el oro. Ahora son las tarjetas amarillas de esas
agencias que pueden volverse rojas cuando le salgan de los
huevos.
Así se entiende cuando esa agencia de calificación
norteamericana, con apodo o nombre de chavala prostituta,
advierte que el rápido deterioro del euro supone una grave
amenaza para las notas de calificación de la deuda de todos
los países miembros de la UE… ¡¡toma del frasco, Carrasco!!
A continuación, como en una hipócrita y maquiavélica jugada,
dicen considerar que la zona del euro mantendrá su unidad y
no se producirá otra quiebra como la de los griegos.
Insisten en medidas de choque que sólo conducirían a que el
pueblo caiga en desgracia y los banqueros sigan asignándose
pensiones escandalosas, que vuelven loco al incrédulo de
Santo Tomás que, como sabemos todos, fue el tesorero del
hombre más famoso de todos los tiempos después de su padre.
Pero lo que verdaderamente están haciendo esas agencias de
calificación, con su acoso y derribo, es provocar que la
gente que tiene la rienda del dinero se espante y acaparen
todas las riquezas posibles, aunque sea de manera
fraudulenta.
Seguiremos enterándonos de más y más escándalos financieros.
Al tiempo.
De momento son unos sencillos gestores que defraudan a
Hacienda un buen pellizco. Pellizco que yo he perdido en las
quinielas de fútbol, por culpa de las derrotas de los vascos
y catalanes en quienes había confiado: Ath. Bilbao, Barça y
Español me dejaron en blanco.
Sospecho en que habrá un contubernio para que, al menos yo,
no gane nunca las quinielas.
Ya que escribimos de apuestas… ¿Dónde irán los euromillones
no destinados a los premios?, que sepan todos Vds. que son
muchos, muchísimos euromillones.
Lo que faltaba, aunque fuera del contexto de este artículo,
ahora sale Juan Antonio Martínez Camino con que “nunca se
exigirá a Mariano Rajoy ninguna directiva porque nunca lo
han hecho contra ningún gobierno”… olvida este obispo,
arzobispo o lo que sea, las macromisas en Colón, asegurando
de paso que la iglesia católica nunca ha animado ni
convocado ninguna manifestación. Dios lo coja confesado. Es
un demonio demagogo disfrazado con sotana y alzacuello.
Entretanto, su más fiel feligresa, “la calcetines” sigue
defendiendo apasionadamente los valores trascendentales del
catolicismo en las escuelas.
En fin. La vida sigue, yo también, aunque con menos fe en la
religión manipulada.
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