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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE NOVIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 21.

Me tropiezo con Francisco Sánchez Montoya cuando está a punto de llegar al edificio de ‘El Pueblo de Ceuta’. Y aprovecha la ocasión para entregarme la invitación que iba a dejarme en recepción. La invitación es para poder asistir a la presentación de un nuevo libro suyo, cuyo título es el siguiente: “Sánchez Prado, Médico, Diputado y Alcalde de Ceuta durante la II República española”. El lugar elegido para tal acontecimiento es el salón de actos del palacio autonómico. Y será el día 28 de noviembre a las 20.30 En la invitación se nos dice que hablará el autor, y Ramón Galindo Morales, Decano de la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta. Y que se proyectará un documental, titulado “Tiempo de memoria”. En fin, que me place mucho destacar el hecho de que Paco Sánchez vuelva a presentar un trabajo de investigación. A la que lleva dedicado gran parte de su vida. Lo cual no es tarea fácil. He aquí, pues, el magnífico hacer de un brillante ceutí.

Martes. 22

Creo haber escrito ya en otra ocasión que hablar con María Teresa González Sánchez me agrada sobremanera. Aunque no son muchas las veces que he tenido la oportunidad de hacerlo desde que me la presentaron hace ya cierto tiempo. María Teresa, por si ustedes no lo saben, es arquitecta. Con un historial brillante. Como corresponde a una mujer que estudió con ahínco la carrera y con provecho, como se suele decir estos casos. En esta ocasión, aprovechando que un amigo común nos invitó a comer, llegó acompañada por una compañera a quien yo conocí hace muchos años pero con la que nunca tuve después la menor relación. Y, claro, me alegré mucho comprobar que Cristina Díaz Quintero forma parte del proyecto INARQCE. He aquí la identificación de un proyecto en el cual Juan Luis Lucas Morales participa también como ingeniero técnico de obras públicas. Juan Luis, que me fue presentado, se mostró cordial, amable y buen conversador. En lo tocante a Cristina Díaz Quintero, quedé enterado de que es técnico especialista en informática de Gestión. Y otras cosas más. Lo importante es que volví a charlar con ella después de la tira de tiempo sin hacerlo. Y me fue gratificante. Que tengan suerte los tres profesionales que se han unido para dar vida a INARQCE.

Miércoles. 23

Comparto tertulia con varios conocidos. Todos procedentes del otro lado del Estrecho. Y que suelen venir cada dos por tres a Ceuta por cuestiones de negocios. Hoy, después de haber tenido que soportar las inclemencias de una campaña electoral que nos ha dejado exhaustos, decidimos que hablar de fútbol es lo que prima. Los más jóvenes de la reunión son del Barcelona. Los menos jóvenes siguen siendo más del Madrid que nunca antes. En cuanto a mí, jamás me he cortado lo más mínimo en declararme merengue desde que usaba pantalón corto. Si bien tampoco he renunciado a decir que la pasión blanca no me quita el conocimiento de entender que hay jugadores sobrevalorados en el equipo entrenado por Mourinho. Uno de los contertulios fue nacido en Madrid y allí ha estado viviendo hasta hace nada. Y, no sé por qué motivo, yo saqué a relucir el nombre de un entrenador modesto que pudo conseguir grandes logros de habérselo propuesto. Y el madrileño respondió que él había conocido a Luis Elices Cuevas. Y, claro está, no dudé en contarles que fue el primer técnico que jugó con un libre instruido tácticamente como nunca antes se había visto. Un cuarto defensa que se sumaba a las demás líneas sigilosamente y por los sitios donde su equipo necesitaba soplos de aire fresco. Con Luis jugué yo promociones de ascenso. Y en la cafetería Recoletos, la mejor de ese pasaje, en aquellos años, se reunían artistas, escritores, futbolistas, vividores, ricos… Y también Mariano Moreno: entrenador que luego lo fue todo en el fútbol; pero que en aquel tiempo estaba canino. Luis Elices, a quien siempre tuvo Alfredo Di Stéfano en gran estima, pudo ser un entrenador de tronío. Pero se quedó a mitad de camino. Entrenando, entre otros muchos equipos, al Atlético Madrileño en Segunda división A y al Moscardó; equipo en el cual, tras haberlo ascendido, continuó en el banquillo. Murió Luis en 1989. Es decir, cuando aún le tocaba vivir años estupendos para seguir impartiendo lecciones de todo. Ni que decir tiene que mi historia acaparó la conversación.

Jueves. 24

Primero fue José María Mas Vallejo quien se despidió del cargo del cual disfrutaba en la Delegación del Gobierno. Tras él lo ha hecho también José Antonio Carracao. Con ambos me entendí siempre. Y fue así porque los dos supieron en todo momento guardar las formas. Y asumieron con buena cara y mejor talante mis comentarios. Que no todos les fueron favorables. A los dos les deseo lo mejor en el trabajo que van a desempeñar a partir de ahora. Y ya aprovecho la ocasión para referirme a Sergio Moreno Mateos. Porque lo he saludado hoy y porque me consta que muy pronto seguirá la misma senda que sus compañeros. Jefe del Gabinete Técnico de la Delegación del Gobierno, Sergio ha dado muestras en todo momento de saber estar. Y, desde luego, me consta que su forma de ser ha ayudado mucho a que las relaciones entre el alcalde y el delegado del Gobierno fueran inmejorables. Y es que su mayor preocupación ha sido que sus actuaciones llevaran siempre el sello de la moderación y sensatez, tratando de evitar peligros o daños innecesarios. Espero que mis relaciones con SMM sigan siendo tan buenas aunque dentro de nada y menos ya no se le pueda localizar en la plaza de los Reyes.

Viernes. 25

Llevo mucho tiempo queriendo hablar de Carlos García Selva. Pero unas veces por hache y otras por be termino por no hacerlo. Y también, la verdad sea dicha, porque sé sobradamente que Carlos es reacio a los ditirambos y mucho menos si éstos los recibe desde una tribuna periodística. Pero he decidido exponerme a que le siente mal este suelto en esta miscelánea semanal. A Carlos lo conozco yo desde hace muchos años. De cuando era un magnífico deportista. En aquel entonces, ya se podía apreciar en él una personalidad muy definida y una sobriedad apabullante en todas sus acciones. De hablar comedido y poco amigo de lo farragoso, Carlos García Selva es el clásico abogado que ofrece seguridad en cuanto uno traspasa el umbral de su despacho. Es lo que yo he sentido cuando me he puesto a su disposición, y, por tanto, no tengo ningún inconveniente en proclamarlo. De cualquier manera, y en vista de que Carlos no es muy amigo de recoger aplausos, le prometo que esta será la penúltima vez que me refiera a su persona en mis páginas. A no ser que él necesite un día presumir de alguna actividad realizada cuando la edad aún le permitía competir a toda pastilla.

Sábado. 26

Recibo la llamada de Ángel Muñoz, cuando la tarde del sábado se hacía noche, para comunicarme el fallecimiento de Antonio Moreno. Y la noticia me produce el malestar que suele causar la muerte de una persona a la que además traté muchísimo en sus mejores años. Cuando Antonio era un árbitro de fútbol con todas las cualidades técnicas para alcanzar un puesto destacado en el gremio arbitral. Lo tenía todo para haber triunfado en una actividad que estaba hecha a su medida. Pero su manera de ser, tan alegre como desprovista de mano izquierda, le jugó una mala pasada y se quedó a mitad de camino. Era muy amigo de sus amigos y su presencia en cualquier sarao aseguraba que la velada sería entretenida. Solía reírse hasta de su propia sombra. Como árbitro estuvo en varios partidos en los que yo participaba como entrenador. Y nunca se me dio mal con él. Luego, muchos años después, el azar quiso que nos encontrásemos nuevamente en Ceuta y hasta que compartiésemos empleo en el IMD. Descansa en paz, amigo…
 

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