Hoy es domingo. Y como cada
domingo es fiesta de guardar. Eso de que es fiesta, lo que
se dice fiesta, pocas ganas de fiestas tenemos los españoles
con la que está cayendo. Y en cuanto a guardar, no se qué lo
qué vamos a guardar, con la congelación de las pensiones y
la rebaja en los sueldos de los funcionarios.
Que digo yo, en el supuesto que se pueda decir algo sin que
nadie se enfade, ante la imposibilidad de guardar algo, pues
además de la congelación me han subido el IRPF, si podría
realizarse el milagro y me tocase le Gordo de Navidad. Cosa
esta, de que me tocase el Gordo de Navidad, que agradecería
toda la vida.
Como esto de los milagros cada día está más difícil de que
se produzca y la imposibilidad de guardar algo, me pongo a
la faena, comprando un kilo te harina, una botella de aceite
de la más pequeña, para la grande no me llega, y a hacer los
correspondientes cortadillos, en mi tierra llamado
borrachuelos.
Oiga, amigo guardia, artesanía pura. Están mucho más buenos
echándoles un poco de miel y unos anises. Ante la situación
económica, recurro a echarle un poco de azúcar, no mucha, y
la cosa me queda para chuparse los dedos.
Aunque eso de chuparse los dedos, para los cursis, esos que
tienen aún en el culo marcado el aro del cubo, está una
jartá de feo. Ahora, según mí particular opinión, otros se
han hartado de chupar del “bote”, a nadie le parce feo es
más, hasta le ponen el don delante del nombre y le ríen las
gracias.
Por lo visto, eso de hartarse de chupar del “bote”, tiene
una gracia tremenda, aunque a los pobres no nos haga ninguna
gracias, quizás porque no entendemos a estos “graciosos”.
Unos “graciosos”, todos estos que se ha hartado de chupar
del “bote” sin dar un palo al agua, que si devolvieran todo
ese “chupe” que han estado realizando durante años, España
no solo saldría de la crisis, si no que éramos unos de los
países más ricos del mundo mundial.
Por que nadie se preocupe por ellos, todos sin faltar
ninguno, se irán de “rositas”, comerán los mejores manjares
estas navidades, sin importarles lo más mínimo que haya
familias que no tendrán nada que llevarse a la boca, a no
ser que Caritas les dé algo para que celebren las navidades.
A todos estos “graciosos”, nadie le va reclamar nada de los
que se han llevado “calentito”, para eso estamos esa parte
de los españoles, pensionistas y funcionarios, que ya nos
encargamos de pagar la crisis para que, todos ellos, puedan
seguir disfrutando de su estado de bienestar.
Para todos estos trincones, el domingo si que es fiesta de
guardar. Primero porque como es fiesta y nos acercamos a la
Navidad, lo mejor es comer fuera de casa. Y en cuanto a
“guardar”, ya han guardado lo suficiente para pegarse la
“vida padre”, sin tener que dar un palo al agua.
Ellos, todos esos “graciosos”, se ha aplicado eso que
dice:”la caridad bien entendida, empieza por uno mismo”. Con
lo bien que estaría que, todos ellos, devolviesen hasta la
primera papilla que se comieron.
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