La noche de las elecciones
generales, todos estuvimos pendientes de las diferentes
cadenas de televisión para ver el resultado de las mismas,
aún cuando el resultado final estaba más cantado que
“macarena”.Era seguro que el ganador sería el Partido
Popular. Lo único que nos mantenía pendiente de las mismas,
era conocer cuántos diputados sacarían los populares y cuál
sería la diferencia con el PSOE.
Cuando se conoció le resultado final, toda las cadenas
conectaron con las sedes de los diferentes partidos
políticos para saber cuál era la valoración que hacían de
las mismas sus líderes o sus portavoces.
Indiscutiblemente había cierto interés en conocer la opinión
del nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y cuáles
serían sus primeras palabras después del triunfo obtenido.
Una vez, Mariano Rajoy, salió ante los medios y leyó unas
cuartillas, adelantando cuales eran sus prioridades. Se
esperó con cierta impaciencia que saliera al balcón para
escuchar que es lo que les diría a los miles de afiliados y
simpatizantes, que desde horas antes, festejaban el triunfo
de su partido.
Mariano acompañado de su plana mayor salió al balcón, siendo
recibido con los gritos de ¡¡presidente, presidente!!. Cosa
de lo mas normal, como más normal es solicitar por parte de
los asistentes que “botasen” él y sus acompañantes.
Estas serie de cosas y circunstancias, gritos y peticiones
de los miles de asistentes vitoreando al nuevo presidente,
entran dentro de lo más normal que realicen los afiliados y
seguidores del partido que ha ganado la elecciones, sea
quien sea el ganador. Pues siempre ocurre lo mismo, ante la
sede del partido vencedor de unas elecciones generales. Nada
nuevo
Pero dentro de esos vítores, que ”bote”, ¡¡presidente,
presidente!!, hubo algo que me llamó poderosamente la
atención, fue cuando la gran multitud de afiliados y
simpatizantes enarbolando las banderas de España y del
partido grito unánimemente, con todas sus fuerzas: “España
unida, jamás será vencida”.
Era una llamada al unión de todos los españoles, tuviesen la
idea que tuviesen, pues como decía el grito unánime de la
multitud. Si todos los españoles nos unimos en una tarea
común, apartando nuestras diferencias, conseguiremos ser ese
gran país, que por su comportamiento ante la adversidad,
dimos ejemplo al mundo en muchísimas ocasiones.
Todos unidos, formando una piña, dejando la ideas de cada
cual aparcadas, no cabe duda alguna que seremos capaza de
sacar a España de esta situación en la que nos encontramos,
y ponerla en el lugar que nos corresponde, que no es otro
que a la cabeza de los países más avanzados de Europa.
Podemos hacerlos y podemos conseguirlo, pero es la tarea de
todos, sin que nadie de la espalada, dando todos los
españoles un pasos al frente como un sólo hombre, se piense
como se piense porque, sin duda alguna, España es lo
primero.
Que razón llevaban todos aquellos que unánimemente gritaron,
ante la sede de los populares ¡¡España unida, jamás será
vencida!!.
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