El grifo se ha cerrado y apenas queda crédito para las
familias. Los bancos confían poco en dar préstamos y menos
en hipotecar, por ello, en un año, el número de hipotecas
realizadas ha experimentado una caída libre del 84%, lo que
sitúa a la ciudad como la autonomía donde más se ha reducido
este tipo de préstamos. Consecuencia inevitable de esta
reducción casi absoluta de crédito es que el número de
hipotecas por habitante también sea de los más bajos de
España (sólo está por debajo Melilla) con 63 nuevas fincas
hipotecadas por cada cien mil habitantes en noviembre.
El importe medio por hipoteca también ha disminuido hasta el
19% y se sitúa en los 101.273 euros.
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