Lo confieso, la victoria del PP me
ha dejado un regusto amargo, aunque en realidad ha ganado
más por méritos de la abstención que por la voluntad de los
ciudadanos.
Los votos que benefician a los del PP siguen siendo los
mismos de cada época electoral. Y ello consta en las
estadísticas.
Con la victoria del PP, el presidente de la Generalitat, el
conservador Artur Más, anuncia una reducción de sueldo de
los funcionarios… en definitiva: ha llegado el día de san
Martín al bienestar social.
Los funcionarios renunciarán a cobrar una paga extra entera
(la de Navidad) y tendrán que comer pan duro con azúcar en
sustitución del tradicional turrón. Como para alegrarse.
Aumenta las tasas universitarias, con lo que discriminará y
marginará a aquellos estudiantes con escasos recursos
económicos y favorecerá descaradamente a las élites, con lo
que el pueblo seguirá ignorante.
Aumentará el precio de los transportes públicos, con ello
hará que muchos trabajadores no se decidan a buscar empleo
fuera de sus términos municipales y algunas familias
quedarán sin poder visitar a otros familiares so pena de
quedarse a cuatro velas a mediados de mes.
Aumentará los precios de los combustibles de transportes con
razonamientos tan estrambóticos como el de mantener la
seguridad de la red viaria por razones medioambientales (?).
Quiere que se modere un poco el consumo de medicamentos
introduciendo una tasa por receta farmacéutica dispensada
por la Sanidad pública… los pensionistas con escaso poder
adquisitivo morirán más pronto.
Aumentará el canon del agua, pese a que el coste de la misma
es “cero”, gracias a aquella idea del general Francisco
Franco de levantar embalses a troche y moche, hoy
suficientemente amortizados.
Dios no les cobra el derecho a tener agua, la lluvia es
gratuita.
Veremos un incremento de gente que se cuela en los
transportes públicos; ancianos que irán tomándose las
medicinas caducadas diez años atrás; funcionarios que
echarán mano a las “cajas negras” a fin de mantener su tren
de vida; mandarán al carajo donar ayudas a las ONG’s que
negarán la ayuda, a su vez, a gente del tercer mundo porque
sólo le quedarán para comer ellos mismos; muchos ciudadanos
se ducharán cada seis meses, fomentando la fama del país, en
las Américas principalmente, de ser habitado por gente sucia
y apestosa…
Ante este panorama, y con la derecha ahora en el poder
nacional, iremos cuesta abajo sin frenos y en cinco días los
pobres serán más pobres y los ricos inmensamente ricos.
El efecto dominó hará caer en picado los ingresos de las
empresas, y si no hay ingresos el Gobierno no podrá cobrar
más impuestos (IVA, IRPF, etc) con lo que el déficit seguirá
cuesta arriba.
Agradezco a los abstencionistas el flaco favor que se han
hecho a ellos mismos y al resto de los ciudadanos.
Mientras Rajoy se entretiene organizando su despacho y
hablando con los banqueros, pero callando sobre sus planes
hasta que tenga en su poder la varita de mando.
No me extraña esta actitud del que pronto será presidente
del Gobierno. Es la misma que ha mantenido en la oposición
cada vez que se encontraba frente a una situación complicada
o cuando tenía que tomar decisiones claves. ¿Seguirá esa
pauta cuando gobierne?
No entiendo las ansías de los peperos por coger las riendas
del Gobierno, saltarse normas y leyes para ocupar La Moncloa
no es de recibo.
¿Creen que en tres días darán la vuelta al calcetín y
saldrán pimpantes de la crisis? ¡¡Qué ilusos!!, aunque creo
que de ilusos no tienen nada. Son más bien de la estirpe de
los March.
Con esa estrategia de pavor no creo que el país responda.
En fin. La vida sigue, yo también aunque mirándome de vez en
cuando el bolsillo.
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