El esfuerzo realizado desde el verano para la repatriación
de inmigrantes y la salida de personas vulnerables a centros
de acogida de la Península ha dado como resultado el
mantenimiento de la cifra de acogidos en el CETI por debajo
de 650, a pesar de las últimas entradas masivas de octubre.
El director, Carlos Bengoetxea, destaca que lo que sí se ha
conseguido es rebajar la media de estancia a menos de un
año.
Gracias a la “activación” des de el pasado verano, de las
salidas de inmigrantes tanto para su repatriación como de
aquellos que se consideran en situación de ‘vulnerabilidad’,
el Centro de Estancia Temporal (CETI) se mantiene en una
cifra inferior a los 650 acogidos, tal como explicó ayer el
director del centro, Carlos Bengoetxea.
Dentro de esta política de salidas programadas, para hoy
está prevista la de diez subsaharianos que, tras la
evaluación de sus casos por los especialistas del CETI, se
considera están dentro del colectivo de ‘vulnerables’,
generalmente, por razones de salud, familiares o por su
estancia prolongada en el centro.
El objetivo de los responsables del CETI es rebajar la
ocupación a unas 500 personas, pues el centro dispone de 512
plazas. De hecho, este propósito de volver a los niveles de
ocupación anteriores a las numerosas entradas registradas
este verano se hubiera logrado de no ser por las últimas,
masivas, de 59 inmigrantes el pasado 20 de octubre,
precedida una semana antes de otra en la que 37
subsaharianos lograron alcanzar territorio ceutí ocultos en
una densa niebla. Ahora se cree que a finales de año o
principios de enero el CETI podría estar en cifras de
ocupación normales.
Lo que sí se ha logrado es rebajar “sustancialmente” la
media de tiempo de estancia, pues apenas queda ya algún
residente con más de un año de permanencia, mientras que a
mediados del pasado año había, según destaca Bengoetxea, un
centenar de inmigrantes que llevaban en el centro más de
tres años.
Las largas estancias de algunos de los inmigrantes acogidos
en los centros de las dos ciudades autónomas y los criterios
para clasificar a los ‘vulnerables’ han dado lugar estos
días de hecho en el caso de Melilla a la protesta de un
grupo de unos 30 inmigrantes procedentes de la República
Democrática del Congo, que, según recoge Efe, aseguran
llevar allí más de dos años y se consideran discriminados en
las salidas de ‘vulnerables’ por estar “solteros”.
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