Se han arruinado más personas por
el éxito que por el fracaso. Lo cual no creo que pueda
ocurrirle a Francisco Márquez de la Rubia. A quien nadie
podrá negarle el triunfo clamoroso obtenido en las urnas el
domingo pasado. Un triunfo incontestable. Ganado a pulso.
Los estudios de Francisco Márquez le han dado un importante
bagaje intelectual. Es persona muy preparada y, por tanto,
el mejor diputado que Ceuta podía tener en Madrid para
defender los intereses de esta ciudad por encima de todo.
Sus palabras rebosantes de emoción cuando se supieron los
resultados que había alcanzado su candidatura, no fueron
sino el fiel reflejo de sus intenciones: trabajar a destajo
en los pasillos del Congreso para obtener los mejores
beneficios para la ciudad en la cual fue nacido hace 47
años.
Hijo de militar, y militar él, está viviendo, actualmente,
los mejores momentos de su aún incipiente carrera política.
Y si hablo de comienzo de carrera es porque no tengo la
menor duda de que los logros políticos de Márquez pueden ser
muchos más a medida que se vaya curtiendo en el edificio
sito en la carrera de San Jerónimo.
Francisco Márquez es la persona idónea para representarnos
en el Congreso de los diputados. Y Juan Vivas lo entendió
muy pronto. Tan pronto como bien sabía que esa designación
iba a costarle las desavenencias de una minoría del partido
que tuvo todo el derecho del mundo a mostrar sus quejas.
Faltaría más.
No obstante, los resultados conseguidos en las urnas validan
la decisión del presidente del partido y también de la
ciudad. Por un motivo indiscutible: Vivas sigue gozando de
la confianza de los ceutíes. Y en este caso, amén de la
preparación del candidato, éste estaba avalado por el
político que se ha convertido en una marca capaz de arrasar
en todas las elecciones.
No me extraña, pues, que a Francisco Márquez no se le caiga
de la boca el nombre de Vivas. Que hable de él con verdadera
pasión. Y que no se canse de repetir que su lealtad al
presidente está por encima de todo egoísmo. Lo cual no deja
de ser la justa correspondencia de un hombre agradecido.
De un hombre que es consciente de que el respaldo popular
que ha obtenido en estas elecciones exige responsabilidad y
dedicación a su labor en Madrid a favor de unos ciudadanos
que no han dudado en llevarlo en volandas hasta el Congreso
y que le van a exigir una gestión permanente como Diputado.
Ahora bien, el éxito suele ser descorazonador y no pocas
veces aparta de su camino a quienes lo consiguen. Pero,
repito, no será así en el caso que nos ocupa. Ya que el
diputado sabe perfectamente que a partir de ahora su vida
política ha de estar puesta al servicio de su nuevo cargo.
Que todo su tiempo será poco para tratar de conseguir logros
para su tierra en el Congreso de los diputados. Ya que de
él, debido a que nadie le niega su espléndida formación, se
espera más que de ningún otro parlamentario habido,
anteriormente. Tarea dura, sin duda alguna, pero que
Francisco Márquez sabrá afrontarla con la tranquilidad que
le distingue por su caudal de conocimientos.
Por ello, como buen estratega habrá de dosificar sus
esfuerzos y marcar los tiempos para tomar la decisiones
oportunas en beneficio de Ceuta. Es tiempo para la
reflexión.
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