El día veinte de noviembre no se termina la democracia, es
una fecha muy importante porque son las próximas elecciones
generales, pero después la vida política continúa. No hay
nada decidido, ya que los únicos y máximos protagonistas de
ese día son todos los ciudadanos españoles, que decidirán
con su voto quiénes los representan en el Congreso y en el
Senado.
Hasta ese día hay que seguir trabajando, pues todavía
algunos ciudadanos pueden estar reflexionando sobre su voto,
también los habrá que escuchen el mensaje que les impulse a
tomar la decisión definitiva respecto a quién elegir.
Pero volviendo al inicio de este escrito y al comentario
sobre que la vida política continúa, estoy pensando en los
miembros del Partido Socialista, que es al que daré mi voto.
Hasta el último segundo mantengo la esperanza que una
mayoría de ciudadanos les otorgue su confianza; pero también
pienso que si a partir del primer segundo del día 21 tanto
si han obtenido la mayoría como si no, en ese momento debe
continuar con más ímpetu y entusiasmo el trabajo político
que continúa.
Trabajar con más fuerza, con ética y generosidad, porque es
un trabajo basado en la confianza que les han otorgado los
ciudadanos y donde también se debe pensar en el conjunto de
todos los españoles. No tengo la menor duda que va a ser
así. Desde el último simpatizante, pasando por todos los
miembros de los Ayuntamientos, Comunidades Autónomas,
Diputados o Senadores…sólo nos tiene que preocupar el
servicio a todos nuestros conciudadanos, para resolver el
paro,mejorar la economía, asegurar el estado de bienestar,
la sanidad, la educación, las pensiones…
La ética y la generosidad van implícitas en el espíritu del
Partido Socialista Obrero Español, no para quedar bien con
nuestros adversarios, que nos merecen todo el respeto, sino
porque en cada una de nuestras acciones pensamos en
favorecer el bienestar de cada uno de los ciudadanos y de
España. En estos momentos no debemos, ni podemos sentir
ningún complejo, porque eso es lo que se ha estado haciendo,
a pesar de algunos errores y una minoría de personas que ya
no están dentro de nuestra organización.
Como decía Pablo Iglesias, “no somos socialistas para amar
en silencio nuestras ideas, con el espíritu de justicia que
las anima, sino para llevarlas a todas partes”, porque sea
el grado de confianza que nos otorguen los ciudadanos
españoles, seguiremos con ética y generosidad defendiendo
los valores de igualdad, justicia y solidaridad que
constituyen nuestra principal seña de identidad.
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