Fin de campaña y principio del cambio
 

Nuria de Madariaga
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El acto final de campaña reunió anoche en el hotel Ulises a candidatos, políticos, afiliados, seguidores y simpatizantes del Partido Popular en un “fin de fiesta” que todos piensan continuar, si Dios lo quiere el domingo, con la traca final. La factotum organizativa y estratega-jefe de esta extenuante campaña la vicepresidenta Yolanda Bel trató de resumir lo que han supuesto estos días y dio el paso a la intervención de los tres candidatos. ¿Presencia oculta? Sin duda algún espíritu maligno cercano ideológicamente a “los contrarios” que fue el responsable directo de los microfallos de focos y micrófonos, aunque las buenas vibraciones existentes en el ambiente y las ondas de entusiasmo generalizado conseguían paliar cada fallo en pocos segundos ante los aplausos del respetable. Ponderación y buen tono en José Luis Sastre, un erudito en elecciones que siempre sabe impartir lecciones de estilo. ¿La más apasionada? Nuestra particular Evita-Luz Elena Perón que soltó una diatriba que era puro esgrima en la que recordó las numerosas contradicciones en las que han incurrido los socialistas a lo largo de los años de plomo. La senadora tiene modos de gallega, por la retranca y es la más mitinera de entre los candidatos porque se come el micrófono y pienso que tuvieron que amordazarla para hacerla desistir de sus feroces y sinceros ataques que finalizaron con castizos “¡Vivas!” a España y al PP, para dar paso al diputado Márquez que es imbatible en las distancias cortas y supo expresar el esfuerzo que han supuesto estos días que para muchos van a ser inolvidables. Porque el reto era conseguir la transmisión directa, prácticamente en un boca a boca y puerta a puerta, de un mensaje de cambio y de esperanza capaz de alcanzar al máximo de ciudadanos.

Ha sido la campaña de la cercanía y de la labor en equipo llevada a extremos casi imposibles. Con mal tiempo o con buen tiempo, la caravana o troupe electoral, más bien manifestación por el número de asistentes que iba aumentando de forma gradual hasta convertirse casi en una muchedumbre, el equipo al completo apoyando a los candidatos se ha movido de forma incansable, sin que el ímpetu decayera en ningún momento, pasando de forma rauda de las aceras a los estudios de televisión para los debates y de los programas de radio a las diarias intervenciones ante los medios de comunicación.

Realmente si alguna característica destaca en el programa del PP es su extrema densidad, no resulta farragoso porque cada punto está bien motivado y argumentado de manera rigurosa, pero si es excesivamente denso para ser expresado en un par de semanas, expresado y explicado de manera amena y directa para hacerlo llegar a través de los medios y por todos los medios, porque de nada sirve ser poseedores de grandes ideas y de importantes proyectos si falla la comunicación. De hecho los mensajes de gratitud y de reconocimiento a los medios de comunicación han sido una constante a lo largo de los últimos días, agradecimiento que es recíproco ya que si, gracias a la prensa, radio y televisión los candidatos han podido difundir su mensaje de manera continuada, esos mismos candidatos han facilitado de forma permanente la labor de los informadores, siempre han estado disponibles y cercanos, por muy agotadora que hubiera sido la jornada en todo momento han quedado energías para realizar declaraciones, para disertar, para responder a todas las preguntas, pertinentes o impertinentes, para conceder entrevistas de forma extensa. Ha sido la campaña de la comunicación convertida en agilidad informativa y de la generación diaria de noticias capaces de motivar opiniones y comentarios, análisis y críticas negativas o positivas. Complicidad entre medios y políticos, pero no conchabanza, cada cual ha cumplido con su cometido de forma rigurosa pero con las máximas facilidades. ¿Enseñanza que se deriva de la estrategia de esta campaña? La importancia de la coordinación de los equipos y lo fundamental del factor humano que integraba esos mismos equipos: todos a una. Sin decaer ni vacilar en ningún momento.

¿Característica clave y logro de Yolanda Bel? Conseguir que nunca decayera el ánimo y que jamás se haya percibido la mínima sensación de desgaste ni de agotamiento. Idéntico ímpetu desde el primer al último día ¿Sospecha latente? Que los equipos y los candidatos llevaban insertadas pilas Duracell que duran y duran... ¿Realidad esencial? Que la fuerza que latía en la labor continuada era pura esperanza e ilusión porque nuestra España entera se sume al cambio y no hay que desear “tan sólo” una mayoría absoluta, hay que querer “todos” los escaños para que la movilización ilusionada y llena de brío hacia la España que se regenera y renace alcance cada molécula de cada rincón de nuestra geografía.

¿La intervención más esperada? La del Presidente del PP, Juan Vivas, que habla siempre como si llevara un sabio en la barriga, que entusiasma y luego emociona, que tiene una resiliencia a prueba de bombas de Hiroshima y Nagasaki (el avión que arrojó las bombas se llamaba Enola Gay) y encima este Presidente es como el ginko biloba ¿Razones? Ese arbusto milenario que es considerado como una planta prehistórica, la más antigua del mundo, utilizado por la medicina oriental desde hace siglos para potenciar la memoria y la atención ya que aumenta la circulación de la sangre en el cerebro y que es una planta casi milagrosa fue la única especie vegetal que sobrevivió al holocausto nuclear de Japón ¡Ni las bombas pudieron con ella! ¿Tendrá cojones el arbusto? Y de puro Vivas-Ginko se puede hablar porque, tras haber dado sepultura el día anterior a su madre, este Presidente era capaz de sobreponerse y convertir su pena en ímpetu a la hora de cumplir con su deber : estar con su gente, responder a su gente, motivar a su gente y demostrarle a esa misma gente que aún en las circunstancias más duras, Juan Vivas es un tipo con el que se puede contar. A la vista está.

¿Próxima cita? El domingo. Y que sea lo que España quiera. Dios y España.