Las ideas socialistas descansan sobre la base de que las
dificultades no pueden sufrirlas en mayor medida aquellas
personas que están en una posición más vulnerable. Y es
precisamente en los momentos difíciles cuando es
imprescindible garantizar más que nunca la cohesión social.
Por ello, en los últimos años, los Gobiernos Socialistas no
sólo no han reducido la inversión social, sino que la han
aumentado, con el único objetivo de que nadie se quede atrás
y mucho menos los que peor lo están pasando con la crisis.
Desde la primera fase de la crisis, el Gobierno Socialista
ha ido adoptando medidas dirigidas a las personas más
afectadas por situaciones de vulnerabilidad social con un
claro enfoque redistributivo. El propósito es que éstas
puedan afrontar las dificultades económicas, incrementando
la renta familiar, facilitando el pago de las hipotecas...
Para ello, se han puesto en marcha nuevas prestaciones, como
es la ayuda de seis meses a los parados que hayan agotado la
prestación por desempleo. Gracias a los programas PRODI y
PREPARA se han beneficiado ya más de un millón de personas.
De igual manera, se han aprobado otras medidas destinadas a
afrontar gastos de carácter básico de los hogares con
menores rentas, como son el bono social de telefonía y
electricidad para los hogares en los que todos sus miembros
están en situación de desempleo o el incremento del importe
de salario inembargable en caso de ejecución hipotecaria.
En las dos legislaturas del Gobierno de Zapatero, se han
mejorado sensiblemente las rentas de las familias con
menores ingresos a través de los incrementos anuales del
Salario Mínimo Interprofesional. En siete años, se han
incrementado en más de 180 euros, tres veces más de lo que
lo subió el PP en sus ocho años de gobierno.
Además, se ha conseguido reducir el índice de riesgo de
pobreza en la población mayor de 65 años. Según la Encuesta
de Condiciones de Vida (ECV) del INE, el índice se ha
reducido en casi ocho puntos porcentuales entre 2004 y 2011,
hasta situarse en el 21,8%. Y ello ha sido gracias
fundamentalmente a la política de revalorización de las
pensiones mínimas, que han tenido un incremento medio anual
del 6%. Así, por ejemplo, las pensiones mínimas de
jubilación para las personas con 65 años o más con cónyuge a
cargo han subido en siete años 257 euros al mes. Esta subida
supone una ganancia del poder adquisitivo del 27%
(descontando la inflación), un dato muy superior a la
experimentada en los ocho años de Gobierno del PP, que sólo
fue del 3,6%. Las pensiones mínimas de viudedad para mayores
de 65 años se han incrementado en casi 200 euros al mes.
Gracias a esta subida, su poder adquisitivo ha subido un
24,8% frente al 4,9% que lo hicieron durante los años que el
PP estuvo en el Gobierno.
Los mayores, más vulnerables también, se han beneficiado de
otras medidas que se han aprobado, como es el complemento a
las pensiones no contributivas de jubilación para aquellas
personas que carecen de vivienda propia y residen en una
alquilada.
En estos últimos años, además, se ha aumentando la inversión
en sanidad, duplicado la inversión en educación y se ha
puesto en marcha un nuevo sistema de promoción de la
autonomía y atención a la dependencia, que ya beneficia a
más de 700.000 personas.
Hay que poner el acento en que, incluso en la fase actual de
la crisis protagonizada por el proceso de consolidación
fiscal, los presupuestos para 2011 prevén que el 58% del
gasto se destine a mantener las políticas sociales y a
preservar la cohesión social. Se trata de la mayor inversión
en políticas sociales que se ha hecho nunca en democracia,
lo que indica claramente el compromiso de los socialistas
con los que más lo necesitan.
Que el Gobierno apruebe cada año una subida de las pensiones
mínimas por encima del IPC parece que es ya una cosa normal.
Pero lo cierto es que sólo ha ocurrido desde que gobierna
José Luis Rodríguez Zapatero. El PP jamás lo hizo. El
Gobierno de Aznar se limitó a lo que estaba obligado por
ley, que es subir las pensiones en el mismo porcentaje que
la subida del IPC. Cada año de Gobierno Socialista las
pensiones mínimas han subido un 6% frente a un 3,4% de
incremento que tuvieron mientras gobernó el PP.
En sus ocho años de gobierno, el PP sólo subió en 60 euros
el Salario Mínimo Interprofesional frente a los 180 que lo
han incrementado los Gobiernos Socialistas. De hecho, con el
PP los trabajadores con salarios más bajos perdieron un 5%
de poder adquisitivo.
El objetivo del PSOE es seguir garantizando la cohesión
social, por ello el compromiso es:
1) Garantizar a través de las sucesivas revalorizaciones el
poder adquisitivo de las pensiones. 2) Aumentar las
pensiones de viudedad de quienes las tengan como principal
fuente de ingresos, así como las pensiones mínimas con
cónyuge a cargo o de personas que viven solas. 3) Promover
un marco de actuación que garantice la sostenibilidad, la
equidad, la suficiencia y la calidad del sistema público de
servicios sociales, definiendo una red de servicios y
prestaciones comunes que tenga como objetivo la autonomía de
las personas con mayores dificultades personales y sociales.
4) Impulsar servicios sociales de seguimiento y atención
personalizados de las personas en riesgo de exclusión,
asegurando el acompañamiento, la prevención y la atención
integral, más allá de la prestación de recursos económicos.
5) Elaborar una Ley del Tercer Sector de Acción Social, que
regule el régimen jurídico del sector y lo reconozca como
sujeto de derecho.
Las candidatas y candidatos del Partido Socialista Obrero
Español a las próximas elecciones generales defienden más
que nunca “que nadie se quede atrás”, y así lo corroboran en
Ceuta, Carmen Ruiz (Congreso), Mayda Daoud (Senado) y
Aquilino Melgar (Senado).
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