Los residentes en el Hostal Lisboa, cuya planta baja está
oficialmente cerrada desde el pasado día 11 dicen que “no se
moverán” hasta que Asuntos Sociales les dé una solución
“digna”. La responsable del área asegura que sí se les han
ofrecido alternativas pero éstos la rechazan. El dueño
denuncia una situación “insostenible”.
Mañana viernes termina el plazo del dueño del Hostal Lisboa
para desalojar sus dependencias en orden de que un nuevo
empresario se haga cargo del local, una decisión que tomó el
pasado mes de octubre y para la cual notificó a la
Consejería de Asuntos Sociales, pidiéndole la reubicación de
las personas allí alojadas para poder llevar a cabo un
legítimo cambio de negocio. Pero a escasas 24 horas de que
se cumpla este plazo, y casi una semana después de que el
hostal colgara el cartel de ‘Cerrado’, las ocho personas
(cinco adultos y tres niños) que habitan en el hostal en
este momento se niegan a abandonar el local.
Las condiciones de habitabilidad en estos momentos son
pésimas. Desde el viernes pasado los residentes no disponen
de luz ni agua, con lo que algunos de ellos llevan varios
días sin poder “ducharse ni comer en condiciones”.
A esto se suma el agravante de que los tres hijos de uno de
los matrimonios que viven allí están enfermos de
tuberculosis, por lo que necesitan medicamentos que no
pueden adquirir. Mientras los residentes reclaman “una
solución digna”, la consejera de Asuntos Sociales, Rabea
Mohamed, asegura que se les ha notificado en todo momento
del cambio y se les han ofrecido soluciones alternativas.
“El problema es que no las quieren y por eso han decidido
quedarse allí. Tienen que entender que nosotros no somos
como un catálogo de viviendas entre las que ellos pueden
elegir”. La consejera, que dice no comprender la actitud de
los afectados, estima que lo único que le queda a la
consejería es cumplir estrictamente el reglamento. “En él se
estipula que si las personas a las que se les ofrece la
ayuda la rechazan no tienen derecho a seguir optando a
ella”, aclara, anunciando que esto es lo que asunto sociales
piensa hacer de aquí en adelante.
Mientras tanto, el propietario del Hostal, Abdelkader Ahmed
Madani, denuncia una situación insostenible: “Estoy en medio
y al final soy el único que va a salir perdiendo. Si no
desalojan el hostal perderé el negocio y tendré que devolver
el doble de la señal que puso el empresario. Si les corto el
agua o les desahucio me denuncian. Si ellos no se van me
planteo irme yo mismo al ayuntamiento y quedarme allí hasta
que alguien me dé una solución”, asegura con nerviosismo de
camino a ver a su abogado.
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