El Juzgado de lo Penal acogió ayer la vista en la que se
acusaba a E.M.H. por un delito contra la salud pública. El
joven, de 19 años, fue sorprendido el pasado 21 de
septiembre en el puerto de Ceuta con 100 bellotas de hachís,
cuyo peso sumaba un kilogramo. Para él, el fiscal solicita
dos años de prisión que debería cumplir por sus antecedentes
penales, mientras que la defensa pide la sustitución de la
cárcel por multa.
El pasado 21 de septiembre, E.M.H. se disponía a viajar de
Ceuta a Algeciras cuando en el control de la Guardia Civil
en el puerto los agentes le sorprendieron con 100 bellotas
de hachís, cuyo peso ascendía al kilo. En ese momento, el
joven de 19 años se mostró tranquilo, según explicó uno de
los agentes que le cacheó en el puerto. Una actitud que
mantuvo ayer en la sala del Juzgado de lo Penal, donde se
celebró la vista en la que la Fiscalía solicitó dos años de
prisión por un delito contra la salud pública.
Mientras, el imputado defendió desde el estrado su inocencia
para lo que argumentó que el hachís estaba destinado al
autoconsumo. E.M.H. se confesó fumador habitual ya que dijo
consumir entre 6 y 8 gramos de hachís al día. “Vine a Ceuta
a comprar porque me dijeron que aquí el kilo cuesta 800
euros y allí vale 3.000 euros”, explicaba el acusado, cuya
residencia está en Madrid desde que hace doce años abandonó
su país natal, Marruecos, junto a toda su familia.
Sin embargo, el fiscal quiso demostrar que la cantidad era
demasiado elevada para que la consuma una sola persona en
tres meses, el periodo estimado para que no se deteriore su
pureza. Un argumento que el acusado rebatió al asegurar que
como nunca había comprado un kilo no sabía cuanto podía
durar.
Una segunda oportunidad
Aunque la conformidad es la resolución habitual en los
delitos contra la salud pública, en esta ocasión el imputado
se negó a aceptar la condena solicitada por la Fiscalía dado
sus antecedentes penales por un delito contra la Seguridad
Vial. Por ello, la defensa apeló a una segunda oportunidad
para evitar “truncar” el futuro del que a sus 19 años cursa
un módulo de FP y no tiene a nadie en Marruecos, en caso de
que fuera expulsado. A cambio, el abogado de E.M.H. propuso
el pago de una multa, que su cliente ya avisó no podría
pagar porque ninguno de sus familiares trabaja actualmente.
El caso ha quedado visto para sentencia.
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